Nota: Parte 1 (Junio) - Partes 2/10 (Septiembre) - Partes 11/19 (Octubre)
Partes 20/30 (Noviembre) - Partes 31/37 (Diciembre) - Partes 38/46 (Enero) - Partes 47/50 (Febrero)-...
— ¿Qué ves?
— Nada que ya conozca, el péndulo es un coñazo
de aburrimiento papá, sigue oscilando hacia la derecha, como siempre.
— ¿Solo
eso?... fíjate bien.
— Quizás va más lento que de costumbre, pero no
se…
— Te vas acercando hijo…ciertamente el péndulo
va mas lento que de costumbre, antes tardaba 32 horas en completar el círculo,
ahora 70.
— No acabo de pillarte el hilo papa…
— Céntrate y piensa, es algo de lo que se suele
hablar de vez en cuando, algo que nos ha llegado a preocupar a todos.
— Santo cielo, la Tierra se ralentiza… ¿es
eso?
— Sí hijo mío, sí… el momento está próximo.
— Y eso significa que… ¡Por todos los
demonios!, que lento de reflejos soy, ya observé en la última partida por la montaña que la
brújula no andaba muy bien. ¿Qué va a pasar papá?
— Está pasando… es el cambio de polaridad y
cuando se haya completado la traslación
estaremos completamente indefensos…
— Te refieres al cinturón de protección de
radiación solar, entre 5.000 y 30.000 km .
por encima del planeta.
— Justo… pero ese no es en realidad el
problema. La inversión de la polaridad no es algo nuevo, la pérdida ocasional
del cambio magnético ya ha sucedido a lo largo de la historia de este Mundo
varias veces. Lo lamentable es que suceda justo ahora, cuando las capas
protectoras de la atmósfera más cercanas están prácticamente desechas.
— Entonces, cuando esto ocurra, estaremos
totalmente expuestos a una bofetada del sol, con la atmósfera dañada y los
cinturones de protección inutilizados por el cambio de polaridad
magnética. Bueno… pues estamos listos.
¿Cuándo puede ocurrir esto papá?
— En cualquier
momento… la tierra puede sufrir una enorme envestida solar. Luego de que sirve
preocuparse tanto.
— La jodimos… entonces ¿ya no nos queda ni la esperanza?
— ¿La esperanza de qué? Hijo.
— De que podamos continuar sobreviviendo aquí,
en este planeta…
— Bueno, lo que está ocurriendo es algo más que
una pura especulación… Pero nadie sabe en realidad lo que va a ocurrir mañana.
Luego, eso nos permite mantener viva la esperanza.
— No quiero ser pesimista… no puedo después de
lo que se ha logrado aquí en Ramu, pero cada vez es más exigua la esperanza de
seguir en paz… son demasiadas amenazas.
— Cierto, pero
nadie nos podrá quitar lo que hemos experimentado estos últimos meses, y por
supuesto que a todos aquellos que estuvieron aquí desde el principio jamás
podrán robarles lo que han logrado...
Bruno arrugó
los labios y frunció el ceño. Durante unos segundos estuvo meditando que decir,
y entonces en un suspiro despejó su turbación para con un tono firme y seguro
manifestar lo más positivo de su pensamiento.
— Vamos a ver
papá, existe una gran diferencia entre robar o destruir, para mí es el gran
dilema. Cierto… que entiendo lo que puede representar para todos nosotros la
sutilidad de la existencia, pero nos debemos a una vida física a la que por lo
menos yo no pienso renunciar mientras me quede aliento. Y pienso salvaguardar
la vuestra por el mismo motivo. Esos mal nacidos de las cavernas, no tienen por
lo visto ni intención de robarnos, de aprovechar nuestros conocimientos, más
parece que pasan de nosotros, somos como un molesto grano en su culo… Otra cosa
es la destrucción de este pueblo y una manera de hacerlo es desmembrarnos, a
eso todos nos oponemos y por ahí no van a pasar. Si luego el sol con sus
embestidas se encarga de arreglarlo todo, nada podemos hacer. Pero mientras eso
no suceda, debemos mantenernos firmes y seguir… ¿estamos de acuerdo?
Bruno sin
perder su actitud dirigió la mirada a su padre, este asintió sus palabras con
una sonrisa acompañada de un breve balanceo vertical de su cabeza, estaba de
acuerdo con él. No hacían falta más palabras, al unísono se fundieron en un
tierno abrazo. Antes de que unas lágrimas asomaran en su rostro, Bruno decidió
partir no sin antes alzar su pulgar y expresar con ese gesto la intención de
que todo iba a salir bien
Al salir a la calle se sentía en una
dicotomía, su cerebro por un lado, sus sentimientos por otro. Esperanza o
desesperación, rabia o calma… el era un ser humano responsable de sus actos,
todos los seres humanos lo eran. La consecuencia era un planeta enormemente
deteriorado, sin defensas y a expensas del sol. Y pensaba en su pueblo Ramu, un
ejemplo de supervivencia, una esperanza de recuperación que estaba seriamente
amenazada… donde encontrar la esperanza, donde hallar las fuerzas para seguir.
Entendía la inteligente resignación de sus padres, pero se rebelaba ante el
hecho de no poder luchar para evitar un destino que se antojaba trágico. Como
encontrar el equilibrio… y fue entonces cuando tuvo la idea de ir a buscar a
Vanessa, la mujer de la guardería, una de las personas que de manera coloquial
habían sido bautizados como ingenieros por parte del pueblo...
R.P.I. 02/2013/1807 B-387-13
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