viernes, 20 de febrero de 2015

Novela: "Pueblo de Ramu" (Parte 51)


Nota: Parte 1 (Junio) - Partes 2/10  (Septiembre) - Partes 11/19  (Octubre)
 Partes 20/30  (Noviembre) - Partes 31/37 (Diciembre) - Partes 38/46 (Enero) - Partes 47/50 (Febrero)-

...
—  ¿Qué ves?

—  Nada que ya conozca, el péndulo es un coñazo de aburrimiento papá, sigue oscilando hacia la derecha, como siempre.

— ¿Solo eso?... fíjate bien.

—  Quizás va más lento que de costumbre, pero no se…

—  Te vas acercando hijo…ciertamente el péndulo va mas lento que de costumbre, antes tardaba 32 horas en completar el círculo, ahora 70.

—  No acabo de pillarte el hilo papa…

—  Céntrate y piensa, es algo de lo que se suele hablar de vez en cuando, algo que nos ha llegado a preocupar a todos.

—  Santo cielo, la Tierra se ralentiza… ¿es eso? 

—  Sí hijo mío, sí… el momento está próximo.

—  Y eso significa que… ¡Por todos los demonios!, que lento de reflejos soy, ya observé en la última partida por la montaña que la brújula no andaba muy bien. ¿Qué va a pasar papá?

—  Está pasando… es el cambio de polaridad y cuando se haya completado la traslación  estaremos completamente indefensos…

—  Te refieres al cinturón de protección de radiación solar, entre 5.000 y 30.000 km.  por encima del planeta.

—  Justo… pero ese no es en realidad el problema. La inversión de la polaridad no es algo nuevo, la pérdida ocasional del cambio magnético ya ha sucedido a lo largo de la historia de este Mundo varias veces. Lo lamentable es que suceda justo ahora, cuando las capas protectoras de la atmósfera más cercanas están prácticamente desechas.

—  Entonces, cuando esto ocurra, estaremos totalmente expuestos a una bofetada del sol, con la atmósfera dañada y los cinturones de protección inutilizados por el cambio de polaridad magnética.  Bueno… pues estamos listos. ¿Cuándo puede ocurrir esto papá?

— En cualquier momento… la tierra puede sufrir una enorme envestida solar. Luego de que sirve preocuparse tanto.

—  La jodimos… entonces  ¿ya no nos queda ni la esperanza?

—  ¿La esperanza de qué? Hijo.

—  De que podamos continuar sobreviviendo aquí, en este planeta…

—  Bueno, lo que está ocurriendo es algo más que una pura especulación… Pero nadie sabe en realidad lo que va a ocurrir mañana. Luego, eso nos permite mantener viva la esperanza. 

—  No quiero ser pesimista… no puedo después de lo que se ha logrado aquí en Ramu, pero cada vez es más exigua la esperanza de seguir en paz… son demasiadas amenazas.

— Cierto, pero nadie nos podrá quitar lo que hemos experimentado estos últimos meses, y por supuesto que a todos aquellos que estuvieron aquí desde el principio jamás podrán robarles lo que han logrado...

    Bruno arrugó los labios y frunció el ceño. Durante unos segundos estuvo meditando que decir, y entonces en un suspiro despejó su turbación para con un tono firme y seguro manifestar lo más positivo de su pensamiento.

— Vamos a ver papá, existe una gran diferencia entre robar o destruir, para mí es el gran dilema. Cierto… que entiendo lo que puede representar para todos nosotros la sutilidad de la existencia, pero nos debemos a una vida física a la que por lo menos yo no pienso renunciar mientras me quede aliento. Y pienso salvaguardar la vuestra por el mismo motivo. Esos mal nacidos de las cavernas, no tienen por lo visto ni intención de robarnos, de aprovechar nuestros conocimientos, más parece que pasan de nosotros, somos como un molesto grano en su culo… Otra cosa es la destrucción de este pueblo y una manera de hacerlo es desmembrarnos, a eso todos nos oponemos y por ahí no van a pasar. Si luego el sol con sus embestidas se encarga de arreglarlo todo, nada podemos hacer. Pero mientras eso no suceda, debemos mantenernos firmes y seguir… ¿estamos de acuerdo?

    Bruno sin perder su actitud dirigió la mirada a su padre, este asintió sus palabras con una sonrisa acompañada de un breve balanceo vertical de su cabeza, estaba de acuerdo con él. No hacían falta más palabras, al unísono se fundieron en un tierno abrazo. Antes de que unas lágrimas asomaran en su rostro, Bruno decidió partir no sin antes alzar su pulgar y expresar con ese gesto la intención de que todo iba a salir bien

   Al salir a la calle se sentía en una dicotomía, su cerebro por un lado, sus sentimientos por otro. Esperanza o desesperación, rabia o calma… el era un ser humano responsable de sus actos, todos los seres humanos lo eran. La consecuencia era un planeta enormemente deteriorado, sin defensas y a expensas del sol. Y pensaba en su pueblo Ramu, un ejemplo de supervivencia, una esperanza de recuperación que estaba seriamente amenazada… donde encontrar la esperanza, donde hallar las fuerzas para seguir. Entendía la inteligente resignación de sus padres, pero se rebelaba ante el hecho de no poder luchar para evitar un destino que se antojaba trágico. Como encontrar el equilibrio… y fue entonces cuando tuvo la idea de ir a buscar a Vanessa, la mujer de la guardería, una de las personas que de manera coloquial habían sido bautizados como ingenieros por parte del pueblo...  

R.P.I. 02/2013/1807 B-387-13


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