Existe algo peor... que ver marchitar la mejor flor de tu jardín. Hace tiempo, alguien me transmitió su sufrimiento y yo intenté reflejarlo en un poema:
Te lo
dije, Aurora, no lo hagas.
Pero tu
te dejaste vencer.
Flor
pálida pero hermosa
quisiste
descubrir cualquier cosa
sin antes
saber porqué.
Tu alma
estaba vacía,
tu
aliento falto de amor,
tu
sentido, aturdido, y lo sabías.
Navegaste
sin recuerdo atormentada,
buscando
un algo con firmeza
por
lugares extraños con maleza.
Anulaste
el esfuerzo y la confianza,
perdiste
la fe acomplejada.
Quisiste
con belleza abrir las puertas,
y tu
cuerpo sufrió sin la tibieza.
Poco a poco tu sonrisa se heló
y la dulzura anulada se perdió.
Buscaste las nuevas sensaciones,
experiencias gratas pero frías,
fuiste
atándote a la droga
de ese
algo, que nunca alcanzarías.
Estéril,
acabada, ya no abogas
ni
ofreces confiada tu belleza.
Perdida
en la ignorancia te terminas
sin poder
levantar la cabeza.
¡ Aurora,
Aurora. . . vuelve
flor
pálida, pero hermosa,
no
quieras alargar tu agonía.
Acaba
rápido con tu vida
o
acéptala con valentía.
Que puedo
hacer yo, sin tu armonía
sino
sufrir dolorido la agonía
de una
flor pálida, que fue hermosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario