Al otro lado de la ventana, las gotas
de lluvia se hisopan sobre el cristal cual si fueran una bendición. Oigo los
rumores del exterior mitigados por el agua que salpica a los objetos. Siento
los olores que despierta la geosmina sobre la tierra mojada del jardín. Puedo
hasta deleitarme con el aroma que desprende la humedad. Todo ello me inspira a dibujar
sobre el vaho que deja el vidrio un signo de esperanza…que mis ojos no pueden
percibir.
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