martes, 9 de diciembre de 2014

Novela: "Pueblo de Ramu" (Parte 32)

Nota: Parte 1 (Junio) - Partes 2/10 - (Septiembre) - Partes 11/19 - (Octubre)
Partes 20/30 - (Noviembre) Parte 31 - (Diciembre)


... -- No te importa que todavía esté en pijama…

— En absoluto… estás en tu casa, digo yo.

Carlota sonrió un tanto maliciosamente, siempre parecía llevar la iniciativa cuando ambos se encontraban cuerpo a cuerpo. La relación de ambos resultaba un tanto peculiar, se notaba a la legua que Bruno le gustaba a Carlota pero era terreno vedado. Y Bruno en cierto modo también se sentía atraído por ella, pero era un terreno que no debía pisar. Por lo tanto ambos debían jugar a mantener una relación saludable, solo les faltaba romper la frontera de la atracción para pasar libremente al único terreno que podrían compartir, la amistad.

—  Parece que has dormido profundamente Bruno…

—  ¿En que lo notas?

—  Se te ve relajado y fresco, perfectamente dispuesto a empezar un nuevo día.

— Pues sí… he dormido bien. Quizás sea porque tengo claras las ideas en este periodo de reflexión.

—  No a todos le ocurre lo mismo.

—  Ese es el problema… Por cierto Carlota, en el comité de ética, que piensan los “ingenieros” que te acompañan.

—  Sabía que me ibas a preguntar algo parecido… Es curioso, no se pronuncian. Verás, es obvio que ellos tienen claras las ideas, por supuesto que entienden que nada debería de cambiar… Pero, con sus pocas y precisas palabras ya nos dan a entender lo que va a ocurrir…

— ¿Saben lo que va a ocurrir?

— No es que lo sepan… lo deduces tan solo al intercambiar unas pocas frases con ellos.  Expresan con total imparcialidad que la voluntad es del pueblo y no se puede torcer la realidad, lo que hay es lo que hay. A veces hablando con ellos me parece entender que Ramu no es más que un experimento, un ejercicio de convivencia. Algo que es posible en el futuro pero no ahora en las circunstancias que nos ocupan. Ramu pertenece al planeta… y no estamos solos, ese es el problema.

— No te acabo de entender…

— Mira Bruno… hasta que apareció ese maldito helicóptero no necesitábamos de la democracia, todo estaba en orden y tenía un sentido claro. Ahora sin embargo vamos a dar un paso a tras…

— ¿Quieres decir que la democracia es algo malo?

—  Creo que no me has entendido… no en absoluto, claro que no es mala, es lo mejor que teníamos, una forma de interpretar la voluntad del pueblo. Ocurre que se ha demostrado que ese sistema es perfectamente manipulable, tiene debilidades… Vamos, que si nos atenemos al sentido de la evolución, la democracia quedará en los anales de la historia como algo superado.

— Puedo interpretar… ¿que un sistema de asambleas puede superar a la democracia?

—  Lo que hacemos aquí en Ramu no es más que un mero ejercicio. Estoy segura que si algún día nuestros ojos pueden contemplar un Mundo ya evolucionado, respetuoso con el medio ambiente, equilibrado en sus recursos y perfectamente integrado en una justa medida social, se parecerá más a Ramu que a un sistema democrático… pero nos estamos enrollando. Me estabas preguntando por los ingenieros…

— Sí claro… ¿Qué piensan ellos de todo esto?

—  No tengo ni idea de lo que piensan… pero si que deduzco a través de sus pocas palabras todo lo que ahora te he expuesto.

—  Es curioso… cuando hablé con Vanesa, la mujer rubia de la guardería me pasó algo parecido. Ella apenas hablaba pero yo podía deducir a través de mis propios pensamientos la posición de ella… algo extraño ¿no?

—  Sí, es como si supieran lo que va a pasar pero lo dejaran todo en nuestras manos, ellos ayudan pero no intervienen. En absoluto se erigen en líderes, podrían hacerlo pero no lo hacen.

— Curioso… Democracia, poder, líderes… ahora nos parece algo obsoleto, ¿verdad?

—  Verdad Bruno…

Bruno acabó de desayunar, se levantó, contempló el rostro de Carlota, mezcla de serenidad, resignación y ánimo. Ella hizo lo propio, percibió en el rostro de Bruno la esperanza, una extraña esperanza que le llevaba a un Mundo posible pero todavía lejano… Y entonces él por primera vez, entendió que con sutilidad era cierto que se podían atravesar todas las fronteras. Su sentimiento hacia Carlota resultaba ser libre y cabal, así que sin dudarlo se acercó a ella y la besó en una de sus mejillas. Ella entendió a la perfección el gesto y no hizo falta que pronunciara palabra alguna, dejó que Bruno marchara sin perder la sonrisa tiernamente reflejada en sus labios.

Pasaron los dos días de reflexión y llegó la hora de tomar decisiones. No hizo falta discurso alguno por parte del moderador, primero expuso que el motivo de la asamblea era discernir sobre la unanimidad. Todo el mundo sabía porqué estaban allí, preguntó a mano alzada sobre si era preciso una votación, si no se levantaba mano alguna pasaría a la siguiente pregunta.  Se originó un cierto rumor entre la gente, parecía existir algo de desconcierto y tras unos segundos de intriga, tímidamente empezaron a levantarse unas pocas manos, no muchas pero si las suficientes para que existiera la necesidad de ser escuchadas. La gran mayoría de los allí presentes se sintieron hondamente decepcionados, se notaba claramente por la expresión de sus rostros y por los breves murmullos de sus comentarios, Todos sabían que eso iba a ocurrir porque no siempre se reflexiona en silencio. Se solicitó la opinión, uno de los que levantó la mano habló:

—  Estoy plenamente convencido de que todo debe de seguir igual, pero en la asamblea anterior se suscitaron dudas, no podemos, no debemos tenerlas, por eso solicito que exista una votación y además secreta.

Se preguntó sobre que debían votar y tras un corto debate se llegó a la conclusión de que la duda era  sobre si debían aceptar como irremediable la ocupación… Se tardó un cierto tiempo en concretar la pregunta y al final se optó por algo sencillo de entender: Seguir como hasta ahora pero incrementando las medidas de seguridad, o prepararse para lo irremediable aceptando la ocupación…   Acto seguido se incidió en la idea de que entraban de lleno en el juego democrático, lo cual suponía que los perdedores en la votación tendrían que aceptar el veredicto de los votos. La decepción en la inmensa mayoría de los allí presentes era palpable, sabían que ganarían la votación pero que al mismo tiempo existía la amenaza de perder algo muy importante para ellos, la unidad, retroceder al pasado y tener que convivir con la oposición. Se podría entender que lo contrario a la democracia podía ser una dictadura, pero no era su caso porque entre ellos no existía el dictador ni líder alguno, simplemente habían conseguido establecer un orden social que ahora sentían amenazado.

Cuando llegó la hora del recuento el resultado fue desconcertante, para qué tanto lío si el 100% votó por la opción de continuar libres y resistiendo hasta el final, luego que sentido tenían las dudas si estas no se reflejaron en los votos.

Aquella noche, antes de dormir, Carlos y Bruno no pudieron evitar pensar sobre lo ocurrido.

— Inaudita y absurda esa votación, ¿no crees Bruno?

— Pero real… Creo que nadie se ha atrevido a romper la unidad, los que dudaban han entendido que ser ocupados es peor que estar muertos.

— ¿Realmente crees que es así?

—  Conoces todo lo que ha ocurrido este último lustro, ¿acaso lo dudas?

— No, no lo puedo dudar Bruno después de todos los relatos que he escuchado y de todo lo que he visto con mis propios ojos… pero estarás conmigo que la cosa esta chunga de verdad.

— Bueno, primero tendrán que encontrarnos…

— Ostras… ellos tienen medios, muchos medios que ahora sacarán de esos refugios, y además están los satélites.

— Olvídate de ellos Carlos, ya no funcionan, la fuerte radiación solar hace tiempo que los ha destruido… Además, piensa que primero inspeccionarán las ciudades y los pueblos grandes, es posible que no reparen en éste recóndito lugar rodeado de montañas y oculto por la niebla cuando convenga.

— Eso nos puede dar tiempo… pero tiempo para qué, tarde o temprano…

— Chaval, eres experto en adelantarte a los acontecimientos… ahora lo importante es la decisión que hemos tomado, ósea que prepárate a hacer patrullas por un tubo.

— Vale… tienes razón, paso a paso, con calma y con libertad… mientras la podamos disfrutar.

— Que tal si nos dormimos Carlos y dejamos de darle al coco.



Ya habían transcurrido unos días desde que el helicóptero desestabilizó un tanto el orden del pueblo, se habían logrado reponer y todo el mundo con las ideas claras y fortalecidos por su unanimidad empezaron a trabajar como si nada hubiera pasado. Pronto se empezaron a notar los primeros síntomas de la reacción ante los acontecimientos. Se incrementaron las patrullas y se reforzaron los cañones emisores de niebla. Esos artilugios hábilmente diseñados, proporcionaban no solo la humedad necesaria para equilibrar el medio ambiente, sino que protegían al pueblo de la fuerte radiación solar y de paso lo ocultaban cuando era necesario. Es ese estratégico lugar entre las montañas, abundaba el agua subterránea y la vegetación arbórea estaba cuidada admirablemente, todo ello creaba un microclima que en nada tenía que ver con la climatología externa donde la vegetación se mostraba altamente deteriorada y la sequía era manifiesta. Ese era el entorno que debían proteger y para ello era preciso cuidar la vigilancia del exterior...

R.P.I. 02/2013/1807 B-387-13 

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