Nota: Parte 1 (Junio) - Partes 2/10 (Septiembre) - Partes 11/19 (Octubre)
Partes 20/30 (Noviembre) - Partes 31/37 (Diciembre) - Partes 38/46 (Enero) Partes 47/53 (Febrero)- Parte 54/60 (Marzo) - Parte 61 (Abril)
...
En la
guardería existía un cierto alboroto, los niños se movían como si se estuvieran
preparando para una excursión. Ya sabían que al día siguiente iban a marchar.
Asombraba la capacidad de adaptación a su circunstancia, el hecho de que
separarse físicamente de sus padres no fuera en absoluto traumático.
Maia estaba
preparada para el gran viaje. No llevaba más que lo puesto, un sencillo vestido
azul, unos zapatos del mismo color y el osito de peluche que siempre le
acompañaba en las noches y que tenía desde los días de Nalocebar. Toda la
familia estaba a su alrededor intentando controlar la emoción a la vez que
procuraban contagiarse del estado de ánimo que mostraba Maia. Ella estaba tranquila, ajena a la expectación
que se había generado en Ramu por la despedida, entendía el estar rodeada de
sus seres queridos en esos momentos y no paraba de darles muestras de cariño, a
todos sin olvidarse de ninguno. Maia observó en su madre una lágrima furtiva y
se acercó a ella. Tamara la tomó en sus brazos mientras la niña le hablaba.
— Mami, estaré
bien… tu ya sabes que no te olvidaré.
— Ni yo
tampoco pequeña…
— Sabes Mami… Vanesa nos dice que lo que está
pasando dura solo un segundo en el reloj de la existencia.
— ¿Y como
entiendes eso cariño?
— Que pronto
pasará todo y podremos estar otra vez juntos, como ahora.
— Pronto,
¿verdad?
— Si mami…
además Vanessa también nos ha enseñado que existe una fuerza muy poderosa que
nosotros le llamamos amor, y ese amor es como un lazo que siempre nos une.
— Lo se
pequeña, sin embargo…
Antes de que
Tamara pudiera continuar, Maia como adivinando lo que iba a decir, le dio un
abrazo a la vez que pronunciaba.
— Mami… en el
mundo de los sueños ya te lo he explicado, podremos seguir hablando… tu lo
sabes.
— Claro que lo se pequeña…
Tamara dejó a
la niña en el suelo, ella siguió con toda naturalidad mostrando signos de
alegría y contagiando a todo el mundo. Era como si quisiera significar que su
marcha no era ninguna tragedia, sino al contrario un signo de esperanza para
todos.
Llegó la hora
de marchar, al atardecer los niños se reunieron en la guardería para salir
todos juntos hacia un claro en el bosque elegido por los ingenieros. Ellos se habían anticipado
saliendo por la mañana para preparar el lugar, no sin antes despedirse de la
gente que encontraron a su paso y evitando cualquier clase de ceremonia. Todo el Mundo en Ramu se sentía avisado y
preparado para ese momento, sin embargo no existió ninguna asamblea explicativa
como era usual. Ocurrió como si una atmósfera hubiera penetrado en sus mentes y
les ayudara a prepararse para el evento. Sin formular verbalmente la noticia,
esta había llegado nítida, clara y explícita
a todos los habitantes de Ramu...
R.P.I. 02/2013/1807 B-387-13
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