...Nota: Parte 1 (Junio) - Partes 2/10 (Septiembre) - Partes 11/19 (Octubre)
Partes 20/30 (Noviembre) - Partes 31/37 (Diciembre) - Partes 38/46 (Enero)
Partes 47/53 (Febrero)- Parte 54/60 (Marzo) - Parte 61-63 (Abril)
...
--- El primer registro es sutil, no se aprecia desde el mundo físico pero está ahí, imborrable en la evolución de la existencia. El otro es material, necesario para representar el esfuerzo físico de los seres que habitan los planetas. Siempre queda una huella, una imprenta que en la posterioridad de los acontecimientos es estudiada por los inquisidores de la verdad.
Fiel a su
temperamento, Bruno se permitió el lujo de preguntar, no podía evitarlo.
— Vanessa, ¿y que pasará si Ramu queda
arrasado, si no queda nada de nuestro esfuerzo?
— Entiendo que me estás preguntando por el
registro material…
— Pues sí… es algo que necesitamos.
— Podéis estar
tranquilos…
Entonces
Vanesa mostró a los allí presentes un disco pequeño que cabía perfectamente en
una mano.
— Dentro de este
disco figura el registro de todo lo acontecido en Ramu… guardarlo donde se
pueda encontrar en un próximo futuro.
Vanessa
depositó el disco en manos del muchacho y pausadamente se dispuso a ir hacia el
aparato. Antes de que ésta se hubiera girado, Bruno quiso hacerle una última observación.
— Solo esperamos estar preparados para lo que
ha de venir…
— Existen infinidad de tránsitos en vuestras
memorias… no será difícil.
Bruno pensó
que era un estúpido tras realizar esa observación, pero en contra de recibir
reproches por parte de sus compañeros, encontró consuelo y aceptación, todos le
entendían. Louise le tomó de la mano y los demás no pudieron por más que conectar
con él, se sentían confortados.
Vanessa entró
la última en el aparato, desde el umbral envió una última mirada y se permitió
el lujo de sonreír físicamente. Ella era la encargada de romper el protocolo y
de mostrar con su gesto a los allí presentes que no estaban solos en el proceso
del desenlace y de que sus hijos estarían bien en el plano físico.
El aparato
emprendió el vuelo vertical y tras unos segundos en estático, aceleró
alcanzando una enorme velocidad hasta desaparecer en el cielo. En tierra y
entre los árboles los familiares seguían con la misma sensación que les
embargaba. Entendían al unísono que habían hecho lo correcto y pese a la salida
de los "ingenieros", que consideraban justa y necesaria, no sentían estar
abandonados por ellos. Parecía un contrasentido pero la realidad es que pese a
la marcha de los niños, en vez de pena encontraban una inusual sensación de
plenitud.
En silencio,
recogieron sus pasos y con cadencia lenta iniciaron la vuelta. Muchos de ellos,
mientras salían del claro del bosque iban abrazados, envueltos en esa
confortable sensación, luego cuando el camino se estrechó hasta conformar una
senda, de uno en uno con la cabeza alta y el ánimo alzado, fueron descendiendo
hacia Ramu...
R.P.I. 02/2013/1807 B-387-13
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