jueves, 16 de abril de 2015

Novela: "Pueblo de Ramu" (Parte 65)

...Nota: Parte 1 (Junio) - Partes 2/10  (Septiembre) - Partes 11/19  (Octubre)
 Partes 20/30  (Noviembre) - Partes 31/37 (Diciembre) - Partes 38/46 (Enero) 
 Partes 47/53 (Febrero)-  Parte 54/60 (Marzo) - Parte 61-64 (Abril)

...
   El sol ya hacía un rato que había desaparecido tras el horizonte de montañas. La penumbra se iba adueñando del bosque, lo que les obligó a usar unas pequeñas linternas. Louise caminaba junto a Bruno, hasta entonces se había mantenido en silencio concentrada como estaba en sus sensaciones, pero decidió hablar y casi fue la primera en hacerlo. Notó en ello un intento de volver a la dura realidad de resistir en Ramu hasta el final.

—  Es placentero lo que sentimos y espero no perder ese placer cuando lleguemos abajo.

—  Estamos en el mismo barco Louise…

—  Guarda bien ese tesoro que nos ha entregado Vanessa…

—  No conozco otro tesoro mayor… ignoro que decisión se tomará para protegerlo.

—  Algo se nos ocurrirá con el fin de conservarlo… el legado ya está preparado, sería interesante poder ver su contenido, pero eso ahora parece imposible.

—  ... no es para nosotros ese legado... es para un futuro... un futuro que quizás ya no nos pertenezca... lo importante ahora es encontrar el lugar idóneo para proteger el disco.

—  Se habla de las cuevas…

—  No es mal sitio… también podría ser los cimientos de algún edificio significativo de lo que ahora es Ramu. Te imaginas Louise que en un futuro más o menos lejano, alguien encontrara el disco entre los restos de lo que un día fue un pueblo.

—  Me lo imagino, y puestos a imaginar que fuéramos tu y yo, en otra vida, los que lo encontráramos. 

—  Sí, sin duda sería emocionante Louise.


   Justo en ese momento, cuando ambos muchachos estaban realizando el ejercicio de ensoñación, aparecieron en el cielo ya oscuro unas extrañas formas serpenteantes y silenciosas de colores verdes en diferentes tonos. Todos lo pudieron observar, el grupo decidió encaramarse a una zona de rocas desde donde se podía contemplar el espacio sin la limitación de las ramas arbóreas. Quedaron extasiados por el espectáculo, la mayoría jamás lo habían observado aunque prácticamente todos lo conocían. Sin emitir ruido alguno y envuelto en la magia de la noche ya cerrada, se dibujaban en el cielo infinidad de formas, como si fueran relámpagos de color. Se estiraban, adoptaban curvas y estelas y luego desaparecían raudas y envueltas en el mismo misterio. Ninguna era igual a otra y los dibujos conformados eran caprichosos, ondulantes, adoptando en ocasiones como fumarolas de color verde más o menos intenso, que se esfumaban de la vista con la misma celeridad con que aparecían...

R.P.I. 02/2013/1807 B-387-13

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