Veo tus cabellos negros,
que descansan
enlazados
cual madeja de
enebros
a la cabeza
abrazados.
Siento una figura serena
aliada con el
viento,
en una agradable
mañana
de calma y
sentimiento.
Todo parece tranquilo,
el cielo se muestra
apacible,
pero como si desbordara el Nilo,
sucede... lo
increíble.
¡Se desata la tormenta!
una mujer todo
nervio,
el pelo negro se
suelta
y muestra altiva su
genio.
En tan solo un instante,
de nubes se cubre el
cielo.
fruto de tanta
mordiente,
sus cabellos alzan
el vuelo.
pero por fortuna...
la calma llega...
y al candor de la
luna,
la mujer ardiente,
se entrega.
Los cabellos negros,
lacios, de su
cabeza,
resaltan el milagro
y toda su viveza.
Vuelve a despertar el día,
la mañana, de ti se
perfuma,
y rozando la
armonía,
sobre tu belleza, el
sol asoma.
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