... Sejo, todo eso lo sabemos… pero necesitamos tu opinión sobre el asunto del helicóptero.
— Ya lo he indicado antes, ese helicóptero
representa el principio del fin de toda esta historia. Significa que están
saliendo de las entrañas de la tierra para recoger a los esclavos, ya tienen lo
que querían… un planeta solo para ellos.
Creéis acaso que todo lo que ha acontecido las últimas décadas es
casual… nada de todo ello lo es. Ni las guerras por la energía, ni las quiebras
económicas y sociales, ni las epidemias… todo ha sido orquestado para reducir
la población, ahora los sobrevivientes seremos sus esclavos y por supuesto que
cuando se conozcan muchas identidades de entre nosotros, lo más probables es
que seamos eliminados.
— Es
espeluznante lo que relatas…
— Lo es…
Los miembros
del comité tras oír el relato de Sejo, se dirigieron a otro de los allí
presentes.
— Yuko…
— Podéis entender lo que es un militar… un
sujeto destinado a cumplir órdenes. En mi caso ocurrió que yo entendía que era
posible ser militar y además digno… pero la dignidad era algo totalmente
opuesto a las órdenes… creía… creía que estábamos ayudando a la población.
Cuando entendí que todo era una miserable estratagema para eliminar gente y
luego esconderse en un agujero, me escapé… nunca pensé que fueran tras mi
familia y la eliminaran… nunca lo pensé…
El militar se
dejó caer en la silla completamente abatido… hacía mucho tiempo que no pensaba
en ese dramático pasado, respiró hondo e intentó continuar con normalidad.
— Yuko… ¿estás
bien?
— Es imposible huir de los recuerdos… sí, ya
nada de todo eso se puede remediar. Se lo que me vas a preguntar… ese
helicóptero representa el fin, estoy completamente de acuerdo con Sejo… En
cuando lleguen aquí, seremos identificados y muchos sobraremos por molestos…
como es mi caso.
— Rosbec…
— Yo he estado allí… es impresionante. Kilómetros y kilómetros de túneles amplios y
anchos. Muchos de ellos comunicados por líneas férreas o pistas de
conducción… He visto como introducían toneladas de alimentos se supone que imperecederos, incluso pude observar una especie de invernaderos especialmente
iluminados donde cultivaban
vegetales. Es un mundo subterráneo difícil de imaginar… zonas de ocio,
tecnología punta que se escapaba a mi razonamiento, inmensas naves donde se
guardaba todo tipo de armamento… pude ver tanques, aviones, helicópteros y
arsenales. Todo eso lo observé por el rabillo del ojo, mientras trabajábamos.
Al principio todo eran buenas palabras dentro de un máximo secretismo… pero
cuando se empezaron a denegar los permisos para salir, entendí que éramos esclavos
y no se porqué razón intuí que cuando ya no nos necesitaran seríamos
eliminados. Me invadió el miedo y la angustia… aproveché un descuido y me
introduje entre los escombros de un enorme volquete, así pude salir de allí y
reencontrarme con mi familia para no dudar en huir… Todo lo demás fue una
odisea, sabía que en cuando detectaran mi falta me buscarían… aún no se como
conseguimos llegar hasta aquí…
El
representante les miró a los ojos uno a uno y les planteó un interrogante.
— ¿Y bien…?
Yuko, el exmilitar
no dudó en responder.
— Dudáis acaso de donde ha salido ese
helicóptero… estamos jodidos, muy jodidos…
Se produjo un
silencio revelador… No había dudas entre los allí reunidos. Decidieron que se
transmitiría no solamente los relatos de las tres personas, sino la impresión
de que existían indicios sobre que el helicóptero militar proviniera de las
bases secretas… pero la decisión a tomar iba a estar en manos del pueblo de
Ramu.
Apremiaba
decidir que hacer ante una situación que amenazaba por desbordarles. Ramu había
logrado ser un pueblo libre, que funcionaba en orden no solo por la voluntad de
sobrevivir sino por la necesidad de ser solidario. Un pueblo donde no existía
el dinero ni la propiedad privada ni mucho menos el poder, todo lo contrario a
la sociedad que parecía haber sucumbido pero que todo indicaba que cual ave
Fénix estaba dispuesta a renacer de sus cenizas una vez saliera del agujero
donde parecían estar refugiados.
Todo el
pueblo, expectante, se reunió en el campo de deportes para ser testigos de una
asamblea que prometía ser transcendente para su inmediato futuro. Se relató la
opinión de los tres testigos que fueron requeridos y se determinó un turno de
preguntas… que facilitara una toma de decisiones.
Estaban
acostumbrados a ese tipo de reuniones, sabían que no había prisa por decidir y
que todo el mundo tenía derecho a ser escuchados. Eran dos mil personas,
inquietas por su presente y temerosas por el futuro. Por primera vez en mucho
tiempo, el fantasma de la incertidumbre se había aposentado en su ánimo, ahora
ya no valía el aquí y ahora sino que hacer con el mañana… Hubo diversidad de
opiniones, pero se llegó a una
conclusión… el helicóptero si algo representaba era una seria amenaza. No
dudaban de los relatos escuchados y entendían que era fácil que al ser
localizados llegara el fin de Ramu, por lo tanto era preciso acrecentar las
medidas para evitarlo… Sin embargo un pequeño grupo de personas discernían
sobre las medidas a adoptar, daban por hecho que tarde o temprano serían localizados,
opinaban que era preciso estar preparados para algo irremediable, ya no iban a
luchar contra unos desesperados sino que lo harían contra gente bien organizada
a la que resultaría imposible vencer… Y aunque la opinión general era la de
proteger su libertad, ese pequeño grupo dudaba sobre si lo mejor sería
entregarse. Esas dudas provocaron polémica, con el riesgo de crear una especie
de encrucijada difícil de resolver.
Habida cuenta
de que existían dudas, se aprobó por unanimidad dar un par de días de
reflexión. Transcurridos los cuales se realizaría un nuevo contraste de
opiniones, si no se conseguía la unanimidad no quedaría más remedio que
redactar propuestas y volver al antiguo sistema de juego democrático, la
votación. Eran muchos los que entendían el peligro de ese juego… como tal, si
unos ganan otros pierden y eso en la naturaleza social de Ramu representaba un
grave peligro.
Por primera
vez en mucho tiempo el pueblo se encontraba alterado, ya no sonreían con la
facilidad acostumbrada y parecían estar algo descentrados. Daba toda la
sensación de que el vuelo del helicóptero había conseguido hacer peligrar el orden establecido de una manera natural
hasta el momento. Bruno asistió al
acontecimiento junto a Louise y ambos no pudieron abstraerse del clima de
incertidumbre. Como sea que al sol aún le quedaba un tiempo para orientarse
hacia su descanso, ambos decidieron que lo mejor sería despejarse dando un
paseo por el bosque. Nada mejor que la naturaleza para recuperar la serenidad,
allí bajo la copa de los árboles, con el sonido suave y placentero del viento
meciendo las hojas, respirarían la paz que ahora notaban amenazada...
R.P.I. 02/2013/1807 B-383-13