martes, 11 de noviembre de 2014

Novela: "Pueblo de Ramu" (Parte 24)

Nota: Parte1 (Junio) - Partes 2/10 (Septiembre) - Partes 11/19 (Octubre) - Partes 20/23 (Noviembre)

 ... Se dirigieron todos al centro logístico. Mientras recibían atención para sus maltrechos cuerpos, hablaron largo y tendido sobre lo que pudieron haber detectado en su misión. Lo más claro era que las sospechas de que Ramu fuera invadida por hombres de Sareman resultaban ciertas. A partir de ahí llegaron las elucubraciones sobre todo lo que habían podido presenciar. Les pareció que en Sareman el petróleo ya estaba extinguido, ninguno de los vehículos por allí esparcidos tenían pinta de estar activos. Lo que se quemaba en los bidones eran restos de muebles, marcos de ventana, etc. indicando como así pudieron constatar, que en Sareman ya solo estaban  quedando las piedras de sus edificios. No parecían ser muchos los supervivientes, en un principio debían de ser pequeños grupos armados que se fueron reduciendo a medida que se enfrentaban entre ellos. Los que quedaban serían los más fuertes y peligrosos, que por un puro instinto habrían decidido unirse para dirigirse al exterior en busca de recursos porque los de Sareman ya debían de estar agotados. Poseían información de Ramu, sin duda procedente de aquellos que en su día fueron expulsados. El incidente de la masía en días anteriores, indicaba que el radio de acción de sus fechorías se iba cada vez alejando más de Sareman y Ramu sin duda era su siguiente objetivo. Preocupaba la evidencia de su canibalismo y que tampoco se hubieran detectado en Sareman ni mujeres ni niños, lo cual indicaba que el grado de degeneración estaba en su punto más álgido. No podían esperar más que algo horrible por parte de ellos, ninguna posibilidad de pacto era viable. La reunión que pudieron presenciar en la plaza de Sareman fue una valiosa casualidad, a partir de ahí se organizarían para invadir Ramu, pero como y por donde…

En el pueblo, al día siguiente, se reunió la comisión de defensa para establecer medidas. Si bien los hombres de Sareman estaban armados, estaba por ver el volumen de munición del cual pudieran disponer. La imposibilidad de usar vehículos por falta de combustible, anulaba la previsión de que el ataque fuera por carretera y también de que lo hicieran con armas pesadas. En consecuencia y dado que la carretera estaba además cortada y marchar por ella suponía un largo rodeo, lo lógico es que la invasión fuera con armas ligeras, a través del valle cruzando el bosque o bien desde los puertos de montaña.

 Ese mismo día la práctica totalidad del pueblo se reunió en el campo de deportes, allí se explicaron las medidas a tomar. Se decidió montar baterías de francotiradores en puntos estratégicos de las estribaciones montañosas. Enviar patrullas de vigilancia a la carretera para detectar posibles movimientos sospechosos. El grueso de los hombres armados se aposentaría en la zona del bosque sucio, junto donde empezaba su  límite, era el lugar donde se preveía que fuera más fácil el ataque. A partir de ese mismo día la prioridad sería la defensa, patrullas de vigías serían los encargados de dar la alarma y en ese mismo instante todo el mundo se dispondría en lugares indicados. Unos en la línea de defensa, otros en los abastecimientos de alimento y munición, los servicios médicos preparados y los demás refugiados en sus casas y a la espera de acontecimientos, listos para sustituir a los caídos si fuera necesario.

La noticia fue recibida como un mazazo por la población de Ramu. Sabían que estaban viviendo como en un sueño y que tarde o temprano despertarían de él. Pero lo sueños también tienen pesadillas y lo que estaba aconteciendo era una de ellas. No obstante supieron animarse, todo el mundo se concienció de que superarían la pesadilla, se sentían fuertes e iban seguir defendiendo su sueño con uñas y dientes, hasta el final. Había algo que les tranquilizaba en grado sumo, el pensar que los invasores no podían sospechar que estaban siendo esperados, el factor sorpresa no estaba de su lado sino al contrario eran ellos quienes la tendrían. 

Cuando llegara el ataque, los padres de Bruno se dirigirían a la zona habilitada como hospital. Carlota fue asignada a intendencia lista para suministrar alimento o munición. Drope y Juanma, antiguos cazadores y por lo tanto con buena puntería estarían en la montaña agazapados, listos para abrir fuego en cuando los vieran pasar. Carlos y Bruno en la línea de defensa del bosque y a Louise le asignaron a una de las patrullas que vigilarían la carretera. Llegado el caso, Maia estaría refugiada en la guardería y si las cosas se complicaran todos los niños y ancianos serían desplazados a un lugar más seguro en la periferia del pueblo y en el lado contrario al ataque.

A los dos jóvenes les costó dormir esa noche, y más les costaría las siguientes pues su posición en la línea de defensa del bosque, la más complicada supondría estar muchas horas de guardia, en tensión, sin vista periférica adecuada, atentos a los sonidos y a los avisos de las avanzadillas y quien sabe si les tocaría a alguno de ellos dos formar parte de las avanzadas en el bosque sucio, con la posibilidad de quedar entre dos fuegos. Con los ojos como platos, fijos en la penumbra de la habitación y pensando, al final decidieron desahogar sus miedos en uno con el otro.

    Oye Bruno, no estaremos comiéndonos la olla demasiado.

    Es lo que tiene tener cabeza para pensar.

    Pues no pensemos… Ostras, pero eso es imposible.

    Lo sé, lo sé Carlos… aunque creo que los peores momentos son estos, luego cuando estemos en el lío ya no tendremos tiempo para pensar.

    Pero sí para morir…

    ¿Te da miedo la muerte?

    ¿A ti no?   

    Pues claro que me da miedo…

    Pues ya somos dos…

    Aunque… si dicen que la muerte no duele, ¿a que se tiene miedo, en realidad?

    Ni idea Bruno…

    Yo tengo una teoría… he estado en un montón de líos, en muchos de ellos he sentido la presencia de ese fantasma con la guadaña, presto para segarme la vida. Cuando me he detenido a pensar tras esos momentos, he descubierto que en realidad no le tengo miedo a la muerte, sino a perder la vida.

    ¿Y eso no es lo mismo?

    No, no es lo mismo Carlos. Si pierdes la vida pierdes a los tuyos, a los que más quieres. Si ellos no estuvieran, si me faltara su cariño, no me importaría tanto morir.

    Tu crees que esos tipos, los que nos van a atacar, ¿tienen miedo a la muerte?

    No lo se, no estoy en su piel… pero por lo que hemos visto parece que han perdido su sentido más humano.

    No estoy del todo de acuerdo Bruno, ellos seguro que también debieron tener familia, a alguien a quien amar  en su momento.

    Supongo… entonces, ¿Qué ha pasado?

    No lo se… no se que ha pasado Bruno.

    Quieres un consejo…

    ¿Cuál?

    Cuando llegue el momento no pensemos y si toca disparar pues disparamos. Son ellos o nosotros. Ahora que podemos pensar entiende que ellos son unos depredadores, pretenden sobrevivir a costa de nuestra muerte. Nosotros simplemente nos defendemos y si somos débiles nos sobrepasaran con suma facilidad.

    Uf…


Tardaron en conciliar el sueño pero al final lo hicieron. Los dos jóvenes despertaron con la claridad del día y según lo previsto se dirigieron a sus ocupaciones habituales. Ese día no ocurrió nada, pese a la aparente normalidad, todo el mundo se mostraba pendiente de la señal de alarma que pudieran dar los vigías, en ese momento todos marcharían raudos a sus puestos. En absoluto era días normales porque se mascaba la tensión en el ambiente, nadie podía estar centrado en sus quehaceres sino pendientes de esa maldita señal que podía llegar en cualquier momento. Y fue al amanecer del  cuarto día, con el sol apenas despuntando en el horizonte, cuando esa señal llegó en forma de eco proveniente de las montañas. Fue un sonido seco e impactante, al que sucedieron otros en una cadencia irregular. No fue preciso dar la señal de alarma, sabían que todos los francotiradores estaban en sus puestos desde el primer momento y que sin duda el ataque había empezado por ahí. De inmediato tanto Bruno como Carlos se incorporaron a la línea de defensa en el bosque, dispuestos a cubrir sus puestos...

R.P.I. 02/2013/1807 B-387-13 

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