miércoles, 26 de noviembre de 2014

Novela: "Pueblo de Ramu" (Parte 29)

Nota: Parte1 (junio) - Partes 2/10 (Septiembre) - Partes 11/19 (Octubre) - Partes 20/28 (Noviembre)

POCO TIEMPO DESPUÉS 


... Pasaron unas cuantas semanas, sin que nada importante transcendiera. Ni señal de los hombres de Sareman, todo parecía indicar que se los había tragado la tierra.  Se intentó esclarecer los hechos que motivaron el desenlace de la “batalla” pero no se pudo llegar a conclusión alguna, todo quedó en la explicación de que una de sensación mental provocó distinta reacción en unos y otros. El extraño rumor, no fue notorio como un sonido sino como una captación de la mente, y como tal era difícil de descifrar a no ser que los causantes de ese hondo zumbido lo manifestaran, cosa que no ocurrió. 

 Bruno mantenía su estrecha relación con Louise y su cada vez más fuerte amistad con Carlos. Tan pronto como podían sincronizarse, solicitaban permiso para ir a escalar las cercanas paredes de roca, era su afición predilecta. El permiso siempre les era concedido, máxime con los precedentes existentes, era una buena ocasión para echar un vistazo al horizonte desde las alturas.

Esa mañana recogieron sus bártulos de escalada y se dispusieron a caminar en dirección al objetivo. El día era brillante como casi siempre, con el sol mostrándose rabioso en su radiación por lo que era preciso protegerse adecuadamente. Apenas síntomas visuales de  contaminación, tras unos años de reposo en la emisión de gases, el planeta parecía haber depurado al menos las primeras capas de la atmósfera. Pero todo era un espejismo, se conocían los inmensos daños y se hacía difícil pensar en una posible recuperación del planeta como no fuera a un largísimo plazo.

Llegaron a la base de la pared, desde la cual podían observar nítidamente la trayectoria de 300 metros en una imponente vertical. Desplegaron los bártulos y se dispusieron a iniciar la escalada. Justo habían iniciado los primeros movimientos, cuando les llegó a los oídos un rumor casi olvidado pero que era inconfundible, el rotor de las aspas de un helicóptero. Carlos todavía en el suelo, ingenuamente, se dispuso a buscar un espacio abierto para localizarlo, iba a colocarse al descubierto pero Bruno a escasos dos metros de iniciada la ascensión, se desembarazó de los arneses y saltó sobre el para impedírselo. La reacción de Louise fue más lógica, recogerlo todo y esconderlo en la espesura del bosque.  

    Estás loco, ¿que haces…?

    Solo quería ver que demonios es eso…

    Pues un helicóptero, está claro… y eso no tiene pinta de ser nada bueno.

Protegidos por los árboles, intentaron localizar al aparato que no parecía volar lejos. Louise fue la primera que lo visualizó quizás a unos cien metros de altura y algo separado de su vertical.

    Santo cielo, es militar… ¿Qué puede significar esto?

    Se me ocurren muchas cosas Louise…

    Y a mí otras tantas Bruno…

Carlos callaba y observaba, era consciente de que por poco había metido la pata. No obstante soltó una frase no muy oportuna.

    Si son gente del ejército, quizás tenga sentido pedir ayuda…

Bruno le contestó rápido, con las dudas no se podía jugar, él lo tenía claro.

    El aparato es del ejército pero… ¿quienes lo ocupan y porqué aparecen después de unos cuantos años…?

    Creo que tienes Razón Bruno, lo siento, me he precipitado… ¿Crees que lo han debido escuchar desde el pueblo?

    Estoy seguro de que sí… lo que me preocupa es que vaya en esa dirección y lo sobrevuele.

Louise parecía tener las ideas todavía más claras y por puro instinto les respondió a ambos.

    Esto no es nada bueno y nos va a presentar problemas. En cuanto al pueblo yo no me preocuparía, apuesto a que aparece la niebla de nuevo.

Decidieron recogerlo todo y dejar la escalada para otro día. Marcharon en dirección Ramu y tan pronto llegaron, observaron como Louise no se había equivocado, la niebla estaba ahí y entre la gente había cierto revuelo.

 En el pueblo, tras captar el vuelo del helicóptero, empezaron los debates y tras ellos surgió un cierto desconcierto que provocó incertidumbre. Había quien opinaba sobre la posibilidad de darse a conocer, la mayoría optaba por ser prudente y discernir con calma sobre lo ocurrido. Habían voces en Ramu que podían dar un punto de vista clarividente, como por ejemplo Sejo el padre de Bruno,  Yuko un antiguo oficial del ejercito que desertó en su momento por no estar de acuerdo con ciertos planteamientos muy agresivos para con la población y Rosbec, obrero que trabajó en la construcción de enormes instalaciones subterráneas.

Antes de debatir en asamblea general con todo el pueblo reunido, el comité de ética decidió llamar a consulta a estos tres personajes.

    Sejo, tú y tu familia habéis sido los últimos en llegar al pueblo. Las razones son más que evidentes, decidisteis refugiaros en Nalocebar antes que aceptar en su momento un digamos, delicado ofrecimiento del gobierno… Yuko, eras oficial asistente de un alto mando del ejército, tuviste oportunidad de captar el rumbo de ciertos acontecimientos nada claros, al no poder soportar todo aquello, tu decisión fue desertar poniendo en riesgo más de una vida. Al llegar a tu ciudad te encontraste con la desgracia de comprobar que toda tu familia había fallecido en extrañas circunstancias. Te encontramos vagando por el bosque en un estado lamentable… Rosbec, tu has declarado haber trabajado en las bases subterráneas. No te convenció el régimen de esclavitud y secretismo en que trabajabas, te engañaron diciendo que era algo noble y la realidad es que no podías salir de las instalaciones bajo ningún concepto. Conseguiste escapar confundido con los escombros de un enorme camión volquete. Te reencontraste con los tuyos y huiste para que no te localizaran. Sabemos que durante un tiempo tu vida fue una odisea. Antes de que voláramos la carretera, conseguiste llegar aquí con tu familia… Sabéis que no suele ser nuestro proceder averiguar o discernir sobre la vida anterior de los que ahora habitamos en Ramu, son pocos los casos en que voluntariamente algún sujeto ha informado sobre su pasado y los que lo han hecho es porque han considerado que su información podía ser relevante, ese es vuestro caso. Los tres poseéis suficientes datos como para que se nos aclaren algo las ideas. Por eso estamos seguros de que entendéis porque se ha requerido vuestra presencia.

Los tres personajes escucharon atentamente, toda la controversia provenía a causa de la observación del helicóptero y la vinculación que ello pudiera tener con los extraños y macabros acontecimientos que originaron las epidemias, causantes de la desaparición de un altísimo porcentaje de la población del planeta. Se supo que la virulencia de las afecciones y los contagios era extensible por todo el mundo. Era muy probable que al tiempo presente, solo hubiera en el planeta dos tipos de sobrevivientes, los integrantes de las bases secretas subterráneas y tal como sucedía en Ramu,  habitantes de pequeñas parcelas en la inmensidad de un planeta altamente deteriorado.

Sejo fue el primero en hablar…


—  Me preocupa y mucho el vuelo del helicóptero. Me temo que es el principio de lo que muchos tememos. Pero entiendo que estoy aquí para volver a contar mi experiencia. En el caso de nuestra familia… tuvimos mucha suerte y por eso estamos en Ramu. Como sabéis era catedrático de biología en la facultad de Nalocebar. Cuando surgieron las epidemias, nos centramos en analizar las causas y buscar soluciones. Enseguida nos dimos cuenta de que el proceso no era nada convencional, descubrimos la mano humana en toda la cadena de desgraciados acontecimientos. No tardaron en llegar gente extraña a nuestro laboratorio que se identificaron como agentes del gobierno. Nos indicaron que se iba a militarizar el laboratorio y que yo como jefe del departamento debía realizar una importante y secreta entrevista con un alto cargo. Entendí que lo mejor era presentarse. Allí descubrí hasta donde podía llegar el cinismo de esos tipejos... Necesitaban de mi concurso para controlar los efectos, en caso de que se instalara una cepa en una colonia humana muy particular. Tendría todos los datos necesarios para entender los elementos que habían desatado las epidemias. Ellos preveían que en un plazo no muy largo de tiempo gran parte de la humanidad habría sucumbido bajo los efectos de lo que ellos llegaron a llamar regulación de la población, solo unos cuantos elegidos estarían a salvo en unas bases secretas. Mi misión sería junto a otros científicos, controlar que la epidemia no traspasara las puertas de un determinado lugar subterráneo denominado zona segura. Me propusieron un lugar allí junto a mi familia directa, esposa e hijos… y me sugirieron con total claridad que ya no podía renunciar al ofrecimiento. En dos semanas seríamos conducidos al refugio subterráneo… Aquel ofrecimiento suponía salvar la vida pero perder la dignidad… Decidimos huir y aventurarnos a sobrevivir. Dos días antes de que nos recogieran para ingresar en el mundo subterráneo ya habíamos desaparecido. Un entrañable amigo, nos derivó a un ático en un barrio de Nalocebar imposible de ser relacionado con nosotros. En un tiempo prolongado no salimos de allí para evitar cualquier desliz que nos pudiera identificar, nos llegaba comida y bebida hasta que las ayudas sucumbieron, las reservas se agotaron y tuvimos que aprender a sobrevivir en lamentables circunstancias. Cuando entendimos que ya solo reinaba el caos y la muerte en  las calles, decidimos arriesgar la vida para llegar hasta aquí...

R.P.I. 02/2013/1807 B-387-13 

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