Hoy es domingo… que más da. Llueve, tras los
cristales llueve… melancolía. Pues mirad por donde hoy no, no estoy triste, ni
resentido, ni agobiado, hoy tengo claro más que nunca que tras las nubes está
el sol, el mismo sol reluciente que días atrás.
Y sabéis porqué mi ánimo está disparado,
pues sencillamente porque estoy harto de pensar y oír siempre lo mismo; y no
solo eso, sino que más de lo que quisiera tengo que ver, escuchar o leer lo que
considero que son deslealtades, indecencias, harto de percibir a miserables que
solo desean aprovecharse de la situación para conseguir sus logros egoístas.
Hoy quiero despejar los nubarrones para que
salga el sol, y estar al lado de la gente sana que pese a las dificultades no
pierde el buen humor, al lado de todos aquellos que nos ayudan, al lado de los
que baten “el cobre” en las primeras líneas de conflicto, al lado de todos los
seres que nos aman, de aquellos que protegen la naturaleza, los animales, al
lado de los que han sufrido y sufren esta contingencia llamada pandemia. Al
lado de todos los seres humanos que son simplemente buenos, y que sin ellos
sería imposible vivir en paz.
No es que pretenda ser optimista, es que
quiero y deseo serlo. Porqué no va a ser que de todo esto saquemos alguna
conclusión de mérito, y que de paso nos haga entender cuales son nuestros
errores, Tengo claro y vaya en ello un
homenaje, que sin los “buenos” hoy en día ya no existiríamos… no hay que
desesperar todavía, porque sobre las nubes sigue estando el sol.
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