Constantemente estamos oyendo: “es cuestión
de que poco a poco volvamos a la normalidad”… mas resulta que este concepto es
erróneo. Lo normal tiene que ver con las normas a seguir, con una regla,
modelo, precepto o mandato. Luego lo normal es justamente lo que nos está
sucediendo. Por ejemplo. Cuando estos días, en determinadas ciudades salió la
gente en estampida a correr, no es que se acercaran a lo normal, sino que
justamente estaban haciendo lo contrario, lo anormal porque estaban
incumpliendo una guía de comportamiento.
En todo caso deberíamos decir: ¿cuando
cambiaran las normas, para que volvamos a las de antes?. Y es necesario que esto
ocurra porque las normas de ahora preocupan, esto ha provocado que la atención
primaria prácticamente no exista ya que la mayoría de los ambulatorios están
cerrados, que las consultas en hospitales sean ahora inexistentes, o que las
operaciones en principio no tan graves estén aplazadas, a la vez que diversos
controles de salud aparezcan desprogramados. Esto solo es un ejemplo, el más
cercano a la salud que nos preocupa, ya que en el ámbito de la sociedad son
innumerables los problemas que acarrean lo que ahora es normal.
Una pregunta podría ser: ¿por qué tanto
miedo? Y la sugerencia: “Cambiemos de una vez, que ya es hora”… Nos ocurre,
algo parecido a lo que le sucedió a Damocles, un cortesano del Rey Dionisio I
en Siracusa, Sicilia, siglo IV a.c. Harto el rey de tanta adulación, le dijo a
Damocles: “Vale, vamos a cambiar las normas, ahora tu te pones en mi lugar en
el trono” Ocurrió que Damocles entonces observó, que encima de donde estaba
sentado, pendía de un pelo del rey, una afilada espada que apuntaba justo a su
cabeza. Moraleja: “Espada, tamquam virus”
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