Parece, solo parece que poco a poco la
epidemia va a la baja, lo que nos permite observarla en perspectiva. Cuando
estaba en auge y las UCIS colapsadas, hubo un momento que temí lo peor, justo
cuando se llegó a oír que se daba preferencia a los jóvenes y a los viejos se
les dejaba de lado. Luego los medios de comunicación se esforzaron para
hacernos ver que no, que no habría privilegios a la hora de sobrevivir y que se
cuidarían las residencias de ancianos. Pero la triste realidad es que son ellos
los que han llevado el peso mortuorio de la pandemia.
Me recuerda este aspecto de la tragedia a la
Ley de Darwin (Selección natural, sobrevive el más fuerte), podría aplicarse
dicha ley también al espectro socioeconómico. Llevamos dos meses de paro en la
economía, pero me parece que las empresas del IBEX35 no han sufrido en demasía,
ni las grandes fortunas, ni los políticos, ni la corona, ni las instituciones
como el ejército o la Iglesia. Para buscar sufridores, tendremos que
orientarnos hacia los autónomos, empleados, pequeña y mediana empresa, pequeños
comercios, parados, etc.
La buena noticia, es que se demostró que la
Ley de Darwin es errónea en muchos aspectos, dado que el poder, la fuerza,
necesita del débil. Sin el débil, el poder y la fuerza no podrían sobrevivir. En
la evolución entramos todos.
Resumiendo, si en algo se puede caracterizar
a una sociedad justa, evolucionada, es en la protección del débil. Y que
curioso resulta observar, que en esta pandemia que no entiende de colores ni de
clases sociales, son los supuestamente débiles, los que como siempre están
dando el callo en primera línea. Y que curioso que ante una tragedia de este
tipo, sea la sanidad, la ciencia quienes nos están salvando y no las empresas
del IBEX 35 y compañía.
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