Que
tendrán estas semanas de confinamiento, que son capaces de provocarnos añoranza sobre épocas pasadas. Son tiempos que
no volverán pero que nos han marcado, dejando una indudable huella en nuestra
personalidad.
Justo
ayer ocurrió una anécdota que provocó en mí recuerdos agradables. José Manuel
Abascal, uno de los mejores atletas que ha dado este País, entre otros logros,
ganador de la medalla de bronce en la prueba de 1.500 en la olimpiada de Los
Ángeles, año 1984, o de la medalla de plata en el mundial de pista cubierta de
Indianápolis en el 1987, publicó una serie de fotos en Facebook, del día que
con tan solo 19 años, en el año 1977 batió el record de España absoluto en la
prueba de 1.500m.l.
El
caso es que ese logro se realizó en las pistas universitarias de Barcelona,
donde estaba ubicado mi club, el “UNI”. No era un campeonato, sino un control
para intentar batir el record que al final consiguió con el tiempo de 3,38,2.
Tengo fresca la memoria de como le alentábamos desde las pistas para que lo
consiguiera… por eso mismo, comenté: “Lo recuerdo perfectamente, yo estaba ahí”.
Y
cual fue mi sorpresa, que en la segunda
de las fotos, aparezco. Se me ve feliz. Fue una buena época, donde adquirí una
serie de valores que conservo aún hoy en día…”que tiempos aquellos”.
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