Las manos al igual que los ojos no engañan. Su forma,
textura, tacto, delicadeza, firmeza, gesto, intención, marcan el carácter de la
persona. Por si ello no fuera poco, las líneas que aparecen en la palma de la
mano, son únicas. No existe un mapa formado por las líneas igual a otro. Vienen
a representar lo que es obvio, somos seres únicos e irrepetibles, todos
poseemos una personalidad que es imposible de clonar. Los gestos marcan las
arrugas, el movimiento de los dedos inclina las arrugas en un sentido u otro y
es así como se configura el mapa. Ese mapa puede decirnos muchas cosas, los
antiguos lo sabían, lo estudiaron y es así como llegó a nuestros días la práctica
de la “Quirología”: derivado del griego Kheir =mano y Logos =discurso.
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