Sí, señor Rodríguez, tiene usted razón.
Como usted diga, señor Rodríguez,
sería que lo entendí mal;
claro, soy yo el cabezón.
¡Por Dios! , usted nunca se equivoca,
usted es algo inigualable,
solo admiración sale por mi boca.
Usted es sabio, inalcanzable,
y sólo sensación provoca.
Que el cliente se queja...
el cliente es un idiota.
Que el trabajo salió mal...
el operario es un berzotas.
Que la economía no funciona,
la culpa será… de algún cabezota.
Que hay quejas en los sueldos,
pues hay crisis, bancarrota.
Sí, Sr. Rodríguez, adiós Sr. Rodríguez,
son las seis... si... no le importa.
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