Existen leyes físicas que muy bien se pueden aplicar a nuestra particular manera de entender la vida. Observemos a un péndulo, con un bloqueo en la línea horizontal superior de ambos extremos.
- Si el péndulo está quieto y totalmente vertical sin oscilación alguna, esto equivaldría a la muerte; o si no nos gusta esta palabra, también lo podemos comparar a las fases delta del sueño y la meditación.
- En un extremo encontraremos la zona de máxima actividad física y emocional: alegría, exaltación, positivismo, energía, etc. En el otro extremo todo lo contrario: pasividad, depresión, tristeza, seriedad.
- La vida es movimiento y no solo lineal, al igual que la vida el péndulo puede girar en todos los sentidos.
- Si conseguimos oscilar cerca del centro, de la verticalidad, y dentro de un ángulo coherente todo irá bien, no dejamos de estar equilibrados y en movimiento dentro de ambos campos de la vida.
- A medida que el péndulo oscila sobre un ángulo superior entramos en zona de riesgo, donde una actividad emocional determinada nos lleva rápidamente y siguiendo la ley del péndulo justamente al lado contrario.
- Si la actividad emocional o física es exagerada y el péndulo llega a la zona de bloqueo, necesitaremos ayuda para bajar poco a poco hasta una zona segura. De lo contrario la oscilación sería brusca, demasiado brusca.
- Una actividad física o emocional sobre exagerada, nos llevaría al riesgo de superar la zona de bloqueo y podrían ocurrir dos cosas: caer en picado y bruscamente hacia la vertical, u oscilar locamente y con absoluto descontrol.
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