martes, 28 de abril de 2020

La tristeza (Después de seis semanas y pico)


No tengo ganas de hacer nada… que le vamos ha hacer. Hoy ha muerto Michael Robinson, un tipo majo, hada hiriente y que sabía dar un tono humano a sus trabajos y tertulias. Ha muerto de cáncer y me ha afectado, no tan solo por lo que era, sino porque yo también padezco esta enfermedad en otro de sus múltiples estilos. No he podido dejar de pensar en todos aquellos que están padeciendo enfermedades comunes y se encuentran en segunda línea de asistencia, por culta de la dichosa pandemia. Es un tributo más que nos recuerda que la vida es efímera y la “parca” puede estar ahí para cogernos despistados y llevarnos en su manto. Ella no entiende de clases ni de colores, a todos nos toca conocerla tarde o temprano. No tengo ninguna prisa en darle la mano, tampoco le tengo miedo. Si acaso me preocupan dos cosas, el sufrimiento  y sobre todo dejar de lado a mis seres queridos.


Lamento soltar una muestra de mi nostalgia, pero es un derecho que tenemos los seres humanos. La tristeza, la alegría, la turbación, el optimismo forman parte de nuestra existencia y debemos saber “cabalgar” con todo ello. Hoy elijo la tristeza a la que el confinamiento no ayuda nada para despejarla… mañana o quien sabe si en unos momentos remontaré el vuelo, buscaré una sonrisa y se la brindaré al primer ser humano que encuentre… así es la vida que pese a todas sus turbulencias, la adoro. 


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