sábado, 4 de abril de 2020

Meditaciones: Después de tres semanas y un dia


   Me dan ganas de hacer un diario del confinamiento, pero siendo pragmáticos, la verdad es que existe poco material. Lo único que se me ocurriría escribir sería: Hoy como novedad, ha venido al pueblo el camión del butano.

   Pero… no todo es pragmatismo en la vida, podemos sacar muchas conclusiones de esta situación. No todo es levantarse, desayunar, ver la tele, comer, hacer la siesta, ver la tele, cenar, ver la tele y a dormir. Al día siguiente, como si fuera el día de la marmota, otra vez lo mismo.

   Se me ocurre hablar del silencio, algo de lo que no estamos muy acostumbrados, sobre todo los que viven en ciudades. Existe el silencio y nos hemos reencontrado con ello. El silencio nos ayuda a observar, a interiorizar, a evaluar la situación, a reflexionar. Otro aspecto recurrente, son las relaciones humanas, echamos en falta el contacto con los amigos o compañeros y empleamos las redes sociales para demostrarnos que seguimos ahí. Y que decir de las proximidades, nunca en tanto tiempo habremos estado tan cerca de nuestras parejas y familia directa, Una buena prueba de fuego para considerar cuanto nos une; para ayudar, animar, reconciliar con prontitud y buscar espacios propios en la lenta disposición del tiempo.


   Como ocurre en todos los aspectos de la vida, el tiempo pasa, las pandemias pasan y dejan su lastre de desgracias y consideraciones. Una de esas consideraciones, podría ser: No será que la humanidad en su conjunto anda un tanto desorientada.


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