miércoles, 8 de abril de 2020

Meditaciones: "Después de tres semanas y cinco días"


   Hoy me he levantado como el día, nublado, tristón, aburrido. Apático me he sentado en el sillón, mi colega peludo lo ha notado y se ha tumbado a mis pies con su cabeza pegada al suelo y la vista perdida. Lo primero que se me ha ocurrido ha sido comprobar el “parte de guerra”: Hoy en los diferentes frentes del conflicto nacional, han caído 743  y son multitud los heridos. Pero es que esto no es una “guerra civil sino mundial”… no me quiero ni imaginar que dure cinco años como la última.

   Si antaño se generalizó la industria bélica, ahora está pasando lo mismo, solo que en vez de producir a toda marcha bombas, tanques, aviones etc. para combatir al enemigo, todo se centra en fabricar equipos de protección como batas, mascarillas, guantes, respiradores. Inclusive estamos inmersos en un “toque de queda” porque el enemigo acecha. Un enemigo traidor, invisible e imprevisible. Un enemigo que cuenta con aliados entre nosotros los afectados, que se encargan de distribuir bulos, para desorientar a todos aquellos que estamos pendientes de ver como acaba esta “guerra”. Sabemos que como ocurrió antaño tenemos la inestimable ayuda de los científicos, eso por lo menos tenemos que pensar que es cierto. Ellos, se están encargando de crear la “vacunatómica” que haga agachar la cabeza de una vez al enemigo.


   Mi mente obnubilada se estaba recreando en este escenario, hasta que mi perro dijo basta, se levantó de un tirón, me dio un par de lametazos y me indicó claramente que ya estaba bien, que era la hora del paseo. Salí al exterior, ya las nubes se habían disipado, el sol entraba con fuerza y el silencio permitía percibir nítidamente el trino de los pájaros. Entonces pensé que la vida estaba presente por lo menos para lo que tenemos la suerte de no haber caído en desgracia, todavía… y que no era justo mostrarme triste cuando son muchos los que están luchando en el “frente”, unos intentando sobrevivir y otros anudándoles a conseguirlo… y en honor de todos ellos decidí recuperar la sonrisa. 


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