viernes, 10 de abril de 2020

Meditaciones: "Después de un mes"


   No se bien que atenerme, si transcurrido este tiempo de confinamiento es poco o es mucho para los que estamos acostumbrados a la libertad. Si estuviéramos condenados a cinco años sería poco quizás, pero en casa el tiempo transcurre muy distinto, dado que esta situación rompe el esquema tradicional de las costumbres. Me pregunto si todo va a ser igual, cuando nos den la “condicional”.

   Empiezo a sentir añoranza, del roce con mis nietos, con mi familia y amigos. Joder, si es que íbamos segundos en la clasificación y a un solo punto del primero. Por primera vez en mucho tiempo con mi equipo de tenis aspirábamos a ganar. Añoro esos días de lunes, miércoles donde iba a entrenar, y el viernes donde “batíamos el cobre” contra otros equipos. Luego venía la cervecita y la cena ligera que servía para comentar el partido o decir “chorradas”, estábamos en proximidad… ¿podremos hacerlo otra vez con normalidad”.

   Son pequeñas cosas que ahora quedan no se si en el baúl de los recuerdos o solo retenidas por las circunstancias… ¿podremos ir al cine, pasear, reunirnos, asistir a eventos…con normalidad?


   Curiosamente… siendo observador y sintiéndome privilegiado por vivir en pleno entorno natural…existe algo que me hace reflexionar, para darme cuenta de lo que realmente es importante. La naturaleza está saliendo ganando momentáneamente de esta situación. Los cielos están más limpios, los colores son más brillantes, poco a poco el reino animal va ocupando el espacio que estamos dejando libres los humanos. El trino de los pájaros se siente más cercano. Ante tal circunstancia, uno se pregunta:… Pero si es que en realidad la naturaleza es nuestro hogar, y cuando estamos en pleno ejercicio la estamos jodiendo… ¿Qué haríamos los humanos sin ella?  


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