Castellón,
segunda semana del mes de Octubre, 2015
...Cada vez
quedan menos testigos presenciales de aquella horrenda época. Los que aún están
entre nosotros eran muy niños a finales de los treinta y pasan ya de los 80
años de vida, y de los que intervinieron directamente en la contienda casi se
pueden contar con los dedos de las manos, quedan muy pocos. ¿Que sucede pues…? la memoria, persiste la memoria y esta aún se
va a perpetuar por obra de unas cuantas generaciones. La primera de ellas es a
la que pertenecen los niños de la guerra, luego vienen los hijos de los
contendientes entre los que me encuentro, le siguen los familiares de todos
aquellos que intervinieron, y ya luego los historiadores y los interesados o
desinteresados y prestos a colaborar en que esa memoria no se pierda. A partir
de ahí ya todo se difumina… y que curioso, que parezca que solo tienen memoria
los perdedores… ¿porqué será?
Como
periodista y persona directamente implicada en esa lucha, tengo muchos
contactos en España y en el sur de Francia interesados en recuperar esa
memoria, numerosa documentación, pocos testigos directos, muy pocos porque van
cayendo sin remisión bajo el paso de los años…y sobre todo una madre que no
cesa en su empeño. Así, que me pongo en marcha hacia el mediterráneo español… a
poner a prueba una vez más el idioma que inmediatamente de nacer ya me enseñó
ella, mezclado con un delicioso acento francés inconfundible, eso dicen.
Me dirijo a Castellón capital, a ponerme en
contacto como otras veces, con los miembros del “Grup per la Recerca de la memoria
histórica”. Su esfuerzo es encomiablemente altruista y sin apenas apoyo gubernamental…
enfrentándose de manera constante contra el muro de una estructura
constitucional heredera del franquismo. Como muestra el botón de Marzo del 2012
donde el gobierno de Rajoy se encargó de suprimir en consejo de ministros a “la
oficina de victimas de la guerra civil y de la dictadura”… Tengo prevista una
reunión con los miembros de la
Recerca en el Casal popular de Castellón, donde tienen que
darme una buena nueva, que por cierto ya conozco. Tras veinticuatro años de
gobierno en la alcaldía de la ciudad por miembros del Partido Popular, en las
elecciones de este año, una coalición de partidos de izquierdas les ha desbancado…ignoro
si este hecho puede cambiar las cosas, pero el dato está ahí y no deja de ser
una excelente noticia… Hasta ahora el gobierno existente se caracterizó por no
obrar concesión alguna que facilitara la labor. Se les pidió en su día que
retiraran las medallas de honor de la ciudad a altos cargos del franquismo… o
que hicieran lo mismo con las placas de calle, plazas y avenidas dedicadas a
prohombres del mismo signo, y los resultados fueron infructuosos, lo que da una
clara idea de por donde van los intereses.
Aún así, la
persistencia el deseo y sobre todo la fuerza que dan las víctimas desde la
memoria, han conseguido que se lograran ingentes resultados… como localizar
centenares de expedientes relacionados con consejos sumarísimos donde se
enviaban a los implicados a una muerte segura. Lo han conseguido escarbando en el archivo
Histórico de Castellón, o en los de la subdelegación de defensa, los de la
prisión de la ciudad y el hospital provincial, hasta llegar a los archivos de
Guadalajara y Salamanca… Consideran que fueron por los datos recopilados cerca
de 1.300 las víctimas de la represalia entre los años 1936 y 1954 en toda la
provincia de Castellón, todos ellos fusilados, ejecutados extraoficialmente,
muertos en prisiones, centros de detención u hospitales. Primero empezaron con
los militares afines a la
República , y continuaron con milicianos, miembros de sindicatos
o partidos de izquierda… por los datos recopilados, es fácil detectar que la
represión se centró, sobre todo, en la clase trabajadora o sector primario de
la economía.
Pero todo
eso son datos, datos, datos, donde está claro que siempre los perdedores son
los peores parados, porque no debemos dejar de considerar que las represiones
siempre se dan en los dos bandos de una guerra. Siempre es una injusticia que
eso ocurra, pero mientras a unas víctimas se las trata con cierta dignidad, a
los otros se les olvida en las fosas o las cunetas, como ocurre en el caso de
mi abuelo y otros muchos… y eso no es de recibo.
Hemos
quedado en la calle Alloza, donde se encuentra el local. Me esperan Jaume y
Marian. Es una calle angosta y llena de comercios, con decenas de delgados bolardos
que protegen a las aceras e impiden que los coches se detengan. El edificio es
antiguo, estrecho y de tres plantas. La vidriera de la entrada está llena de
pasquines de clara tendencia izquierdista, observo así mismo como sendas
pancartas reivindicativas cuelgan en los balcones de los dos pisos superiores. Llego al atardecer, fuera del horario laboral.
— Que tal Jean
Philippe… tiempo ha que no venias.
— Cierto, muy
cierto…pero creo que algo ha cambiado por aquí
— Sí… algo a
cambiado pero aún es temprano para comprobarlo.
— ¿Habéis
tenido contactos por cierto…?
— No va a
hacer falta de momento… un par de concejales electos nos conocen a la
perfección. Quien lo sabe… algo puede cambiar.
— Eso
esperamos todos…
— El problema
como siempre… es por una parte la financiación,
y por otra lo que tu ya conoces… si no existe una orden gubernamental o
local, va a ser difícil conseguir que los propietarios nos dejen intervenir en
sus terrenos… es el caso de la posibilidad de encontrar los restos de tu abuelo
donde se suponen que están.
— ¿Ha cambiado
algo en Almassora…?
— Ha
cambiado…por cierto que ha cambiado. Tras tres legislaturas del Partido
Popular, ahora le toca el turno a “Compromis”… que por si no lo sabes son de
signo regionalista y de izquierdas.
— Que acertada
ha estado mi madre… insistiéndome en que viniera porque algo había cambiado por
aquí abajo.
— Por cierto…
¿Cómo se encuentra?
— Bien, muy
bien… si no fuera por sus problemas de movilidad y por la confianza que me
tiene, ella estaría aquí, no lo dudéis… Bien, ya que me encuentro entre
vosotros, ¿Qué os parece que podríamos hacer?
— Bueno…
sabiendo que venías, ya he solicitado una entrevista con la nueva regidora de
cultura del ayuntamiento de Almassora. Mañana a las nueve.
A la mañana
siguiente, puntual me acerco al lugar del encuentro para recorrer los escasos
seis kilómetros que separan Castellón de Almassora… Pero primero les pido a mis
compañeros de trayecto, que me hagan el favor de acercarme al Hospital
Provincial e iniciar desde allí el recorrido… quiero imaginar a mi abuelo y
compañeros de viaje, maniatados y colocados en el remolque de ese maldito
camión, trasladándose hacia un destino fatal, la fosa en donde se supone que se
encuentran sus restos.
En el
trayecto estoy mudo, contemplando el recorrido que en nada, seguro, se parece
al de antaño, cruzamos un rotonda que ejerce de nudo de comunicaciones de
autovías, un polígono industrial, varias fábricas sueltas, terrenos de cultivo
y numerosas huertas de árboles cítricos perfectamente alineados, también
observo descampados…Jaume intuye la frase que inmediatamente voy a pronunciar y
aminora la marcha.
— Es aquí…
Nos detuvimos
en uno de esos descampados, situado enfrente de una casa vieja y una de esas
huertas de árboles frutales. Aparcamos el coche en el margen y avanzamos por un
estrecho camino, bordeamos una propiedad privada compuesta por chalet y piscina
hasta llegar a una línea de árboles y matojos junto a un talud, situados a
escasos doscientos metros de la carretera. Sabemos que mi abuelo realizó ese
trayecto andando desde el lugar donde quedó el camión. El caso es que por todas
las informaciones que tenemos, ahí se debe encontrar la fosa que buscamos, solo
hace falta obtener los permisos y excavar.
Una vez más
detengo mis pasos y me imagino la escena… ni idea de lo que se puede sentir en
esos momentos…si fue por sorpresa o si les dio tiempo a suponer su fatal
destino, si miraron de frente a sus asesinos o fue por la espalda… lo que es
seguro es que mi abuelo debió sospechar de inmediato, porque la antigua cárcel
de Castellón, lugar donde se supone que irían, se encontraba justo en la
dirección contraria y a escasas manzanas del hospital donde fue
detenido…prefiero no pensar más. Mis dos acompañantes están callados respetando
mi silencio. Me doy cuenta de la hora que es y les apremio.
— Lo siento…
llegamos tarde, vámonos.
Llegamos al nuevo
ayuntamiento de Almassora, de línea moderna y funcional, allí nos acompañan
hasta el despacho de la
Regidora de Cultura que está ya esperándonos... Enseguida
percibo por su sonrisa que somos bien recibidos.
— Buenos días…
tan pronto Jaume me indicó su interés por entrevistarse conmigo, decidí no
dilatar el momento.
— Se lo
agradezco.
— Bien… como pueden
suponer soy nueva en esto… por supuesto que conozco a los miembros de la Recerca …pero me gustaría
que usted me comentara su historia.
Intentando
no dilatarme en la explicación, pongo al corriente de inmediato a la regidora
de nuestros intereses, de la historia de mi abuelo, de mi madre, de los claros
indicios que indicaban la existencia de unos restos en la fosa ya marcada, y
que por todas las informaciones de que disponíamos, allí figuraban los restos
de cuatro personas, entre ellas mi abuelo… pero Mónica, que así se llama, joven
de no más de 35 años, morena y de agradable presencia, lejos de tener la
intención de despacharnos con prontitud, quiso saber más.
— Sabe, Jean
Philippe, gran parte de mi familia eran republicanos, y ellos también sufrieron
en la guerra, no ya mis padres pero sí mis abuelos, que a su vez perdieron a
algunos de sus familiares directos…somos descendientes de los perdedores…se han
producido en esos tiempos muchas injusticias difíciles de reparar, pero estamos
aquí para no olvidar… por lo menos hasta que se coloquen en su sitio ciertas
cosas.
— Me alegro
que piense así.
— Bueno… nada
está estático y todo cambia. Por ejemplo, quien le diría a su abuelo, que la
cárcel donde supuestamente iba a ser
conducido, escenario de muchos horrores, ahora es una plaza y donde se ubica
entre otras cosas la escuela oficial de idiomas…ya no queda ni rastro de todo
aquello… quien iba a pensar hace un tiempo que ahora gobernemos nosotros en este
ayuntamiento…pero no nos desviemos del tema…cuénteme por favor como llegaron a
su conocimiento esas informaciones sobre la fosa…
— Una persona,
ya fallecida, fue testigo directo del asesinato…era el conductor del camión que
condujo a mi abuelo hasta el lugar…permaneció en silencio muchos años, hasta
que antes de morir por lo visto necesitó descargar su conciencia y confesarlo
todo. Su información cuadraba al detalle con otros informes que teníamos
provenientes del hospital. A falta de confirmarlo, todo hace pensar que allí
están los restos de esas cuatro personas.
— ¿Y como es
que esa fosa ha estado ahí tanto tiempo?
— Bueno todo
es producto de esa casualidad… si se hubiera encontrado en un principio, quizás
los restos de esas personas hubieran sido trasladadas a una fosa común más
grande o hasta el Valle de los Caídos, sin posibilidad alguna de ser
reconocidos.
— Jaume me ha
comentado las dificultades que han tenido…
— Sí…en su momento teníamos preparados los trámites,
papeles, incluso la subvención para realizar la costosa operación… pero todo se
fue al traste con las modificaciones gubernamentales y las pertinentes trabas.
— Conocemos el
tema… y además está el asunto del propietario del terreno…
— Exacto, veo
que se ha documentado…
— Bueno ya le
dije que Jaume me puso al corriente… y en ese sentido lo tenemos francamente
mal… el propietario del terreno es una persona recalcitrante y de clara
tendencia de derechas… y además sabemos que la anterior legislatura no colaboró
en absoluto…
— Cierto… muy
cierto.
— Bien… en ese
sentido las tornas pueden cambiar… puedo tocar el tema en el próximo pleno y
conseguir alguna medida para obligar al propietario a colaborar… al fin y al
cabo no tiene porque perjudicarle en demasía… claro que todo eso lleva unos
costes y en ese sentido muy poco podremos ayudarles.
— Entendemos
su posición…pero eso corre a nuestra cuenta, tanto en Francia como aquí podemos
obtener los suficientes recursos económicos que nos pueden ayudar en el
objetivo… creo que lo más importante es lograr los permisos.
— Si es así…
solo queda intentarlo y en ese sentido puedo darles esperanzas.
Salimos del
ayuntamiento más felices que unas castañuelas, ya solo cabía esperar… todo
pintaba bien. Y en mi mente un deseo…darle la buena nueva a mi madre...
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