lunes, 13 de junio de 2016

Novela: "El foraster" Parte 7

Pedrafosca, tercera semana del mes de Octubre, 2015

   ...Mala suerte, al día siguiente de estar entrevistando a Paco, lluvia. El temporal
tardó casi una semana en desaparecer. No me atreví  a abordarlo ni en su casa ni en el bar, donde de tanto en tanto aparecía con su cayado y el caliqueño en los labios para tomarse un carajillo o jugar a las cartas con algunos vecinos.  Él, al verme en el recinto no mostró ni siquiera un guiño sobre lo que estábamos realizando, impertérrito y como si tal cosa siguió con su partida de cartas ignorándome por completo, tan solo un breve saludo y listo, se habrá olvidado de mí - pensaba
   Al primer día de buen tiempo, casi haciéndome el despistado, pase por los aledaños de su casa sin olvidarme de llevar el cuaderno de notas. Allí estaba el bueno de Paco, de frente a la serranía de pinos y encinas, sentado en su banco de piedra y con su característica imagen arrugada y carcomida por el sol de antaño, digna de ser reflejada en un lienzo. Ni me miró y seguro que me había detectado. Decidí sentarme a su lado a un a riesgo de que me soltara un desplante.

    Mira que eres boludo… que quieres más “chafardeo” del que ya hay… este “puto” pueblo no cambia, ni que nos muramos todos los viejos.
    Creo entender por donde vas Paco… pero piensa en Lucía es joven, de izquierdas y mira por donde, la primera regidora en la historia del Pueblo, eso quiere decir algo, ¿no?
    Supongo…
    Venga hombre no te las des… tu siempre has sido, eso dicen, un grano en el culo para muchos… vamos que no eres fácil de comulgar.
    Y eso de que sirve… aquí no he visto revolución alguna… a buenas horas mangas verdes.
    Estas seguro de lo que dices…
    Más seguro de que yo no aguanto aquí más de diez años.
    Eso no estaría mal… te convertirías en centenario… el primer centenario de Pedrafosca.
    Eso no es cierto… existió aquí un tal Cenorio, que nada más cumplir los cien se lo encontraron al día siguiente durmiendo el sueño eterno... buena muerte ¡pardiez!.
     Buena muerte… ¿Qué te parece si continuamos?
    Vigila lo que escribes…
    Que yo recuerde… no nos hemos apartado de un mero guión más parecido a histórico que otra cosa…
    ¿De eso se trata no?... venga, no te enrolles y continuemos.
    Bien… ¿por donde íbamos?
    Eso tu sabrás…

   Evidentemente él estaba de mal genio… seguro que en el pueblo ya se habían infiltrado infinidad de comentarios al respecto… seguro que más de uno debería estar temeroso por lo que Paco pudiera decir… era el más viejo del lugar y al fin y al cabo, por su edad, nada tenía ya a perder…y lo bueno del caso es que yo sin enterarme, claro que ya esos más de uno se encargaban de evitarme. Nada, ningún comentario, ni una palabra de esas sinceras como decir: “Oye Roberto, me he enterado que estás entrevistando al Foraster, ¿de que va eso, que te está contando?...” y en su lugar, seguro que ya comienzan las insidias o las difamaciones, todo porque Lucía, la nueva regidora, es poco menos que una infiltrada en la oscura red de poder en el pueblo… Toda esa sensación traspasaba mi mente, mezclándose con la siguiente pregunta dirigida a Paco. Él debió notar mi vacilación…

    Venga Roberto, que no tenemos toda la mañana, ¡arranca ya!
    Perdona Paco… estaba en Babia. Vale, lo último que tengo apuntado son los hornos de Cal…sigamos, sin apartarnos del guión.
    Sigamos…. ya tengo ganas de acabar de una vez.
    Tengo entendido que dejaste el  Far para venir a trabajar en la fábrica textil…
    No lo dejé… ocurrió que la vid se fue abandonando porque no rendía. En la masía ya no necesitaban tanta gente, los campos de cultivos y las fajas habilitadas para ello se fueron dejando perder, se extendió el uso de la electricidad y el carbón cada vez era menos útil… A la vez, en la fábrica textil del pueblo necesitaban gente, pues me fui a trabajar allí…Poco después ocurrió algo allí en el Far que prefiero no contar.
    ¿Por qué no lo quieres contar?
    Porqué no quiero, ¿de acuerdo?
    Está bien… como tú quieras, ¿Seguías viviendo en el Far?
    En principio sí… para llegar a la fábrica en el pueblo, hora y media  de caminata a la ida y otra hora y media a la vuelta… me gustaba andar.
    ¿y que hacías allí?
    Bueno, al principio ayudaba en los telares… pero yo era muy “apañao” y pronto se dieron cuenta de ello. El caso es que el encargado del mantenimiento se iba a retirar… fui su sombra durante meses hasta aprender lo que él hacía.
    Dicen que eras un poco incordio… que hasta intentaste crear un sindicato…
    ¡Quia! ni de lejos… hicimos reuniones eso sí, reuniones digamos que secretas, habían bastantes quejas… pero lo único que pretendían era que alguien diera la cara y ese alguien era yo… ellos a la hora de la verdad, calladitos y cagaditos de miedo, sin coraje para manifestar sus quejas.
    ¿y que pasó?
    Pues quien da de comer es el patrón… y eso tuvo más fuerza que la idea de crear ese sindicato que tú dices… yo no era tan tonto como para dar la cara sin un apoyo manifiesto… y ahí acabó todo, pero sí es cierto que lo intenté.
    ¿Cuánto tiempo estuviste en la fábrica?
    Bastantes años… hasta el 67 que la cerraron.
    ¿Todavía vivías en el Far?
    Aquella masía acabó en otras… manos, sus años de esplendor quedaron muy lejos… pero antes de que… antes, el dueño, considero que como agradecimiento, me alquiló una de sus propiedades en el pueblo para que pudiera vivir.
    ¿Antes de qué Paco…?
    Acaso eres sordo…no quiero hablar de eso, ya te lo dije.
    Está bien, está bien… Mira Paco, observo que vamos a salto de mata. Cuando se cerró la masía tenías…
    43 años tenía…
    Te das cuenta el salto, de los 16 que llegaste al Far a los 43 van 27 años… ¿nada que contar en ese espacio de tiempo?
    Te lo estoy contando ¿no?
    Pues no…
    Eras muy joven cuando llegaste…digo yo que tendrías alguna “novieta”… se dice que eras un Don Juan… y sin embargo…
    ¿y sin embargo qué?
    Bueno… pues tengo entendido que eres soltero…
    Te estás apartando del guión… eso no es historia, si acaso es mi historia…nada relacionado con el pueblo.
    ¿Como que no?... en el pueblo has vivido siempre…
    … que tal si seguimos…
    ¿desde donde?
    Estábamos en los 47… y además no siempre he vivido en el pueblo y tú lo debes de saber.
    Sí… algo he oído.
    Estuve dos años viviendo en la capital.
    Explica eso…
    Muy sencillo, cuando la fábrica cerró fui a trabajar allí a otra fábrica textil, vivía en una pensión… pero decidí volver a Pedrafosca, no me adaptaba bien a la ciudad, añoraba el campo.
    Dicen que eras un tanto rebelde, ¿no sería por eso que volviste a este pueblo?
    ¿De donde coño has sacado esa historia…?
    Dicen por ahí…
    Por mí se pueden guardar lo que dicen en cierto sitio…
    …Y la fama de Don Juan… ¿Qué me dices?
    Habladurías… los domingos casi siempre había baile en un local del pueblo que habilitaron para ello, estaba lleno de “carabinas”, ya sabes quienes vigilaban que las mozas no se descarriaran o se arrimaran demasiado. A mí me gustaba bailar con todas las disponibles, tenía buen ritmo…pero busca testigos… ninguna de esas mozas existe ahora… bueno, que tal si dejamos ya de chismorrear…
    Vale… vale…lo dejamos aquí para otro día, ¿te parece?     


   Había algo de melancolía en sus recuerdos y más de un secreto que el no ha querido desvelar pese a mi templada insistencia… quizás por eso creo que lo he cabreado… no es que frunciera el ceño, es que todo su cuerpo estaba fruncido… no le gusta hablar de intimidades, ni de su vida más propia, ni de los entresijos de un pueblo viejo, de lo que en realidad a mí me interesa. No había forma de entrar allí… Paco, de muy mal humor, cogió su callado y sin decir ni “mú” entro en la penumbra de su casa… Está visto que un servidor tendrá que emplear toda la sutileza del Mundo para conseguir que el bueno de Paco se suelte. Su enfado a buen seguro no tiene nada que ver conmigo, sino más bien a la contaminación del marco por donde circulaban nuestros pasos, nada apropiado para favorecer mis propósitos...


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