jueves, 23 de junio de 2016

Novela: " El foraster" Parte 16

Castellón, a mediados del mes de Noviembre, 2015

   ...Ocurre a veces que una espera prudencial se hace insoportable. Ya han pasado cinco días sin recibir respuesta de Martí hijo…uno entiende que éste ya debió informar a su padre de lo acontecido en la entrevista realizada en la fábrica de cítricos… ¿tanto cuesta decir sí o no?  Los miembros de la Recerca se muestran impacientes al igual que mi persona. Mientras esperamos la respuesta me tengo que encargar de tranquilizar a mi madre, quien desde Toulouse no entiende la espera. Dudamos entre aguantar un poco más o actuar ya y obligar a los Martí mediante las resoluciones judiciales a que colaboren… mientras tanto, no paramos de especular sobre lo que deben de estar pensando.
   Todo está preparado, por recomendaciones de los miembros de la Recerca, hemos tenido que precontratar a un geólogo, quien nos debe ayudar a calcular las variaciones habidas en el terreno en estos más de setenta años, lo cual determinará la profundidad a que puedan encontrarse los restos. Tenemos también el contrato preparado para el alquiler de una retroexcavadora, además de la aportación de una docena mínima de voluntarios que van a trabajar en la excavación, están impacientes e ilusionados en colaborar, algunos de ellos ya han trabajado en operaciones similares y tienen una interesante experiencia que añadir.  Tengo en mi poder unas fotografías que me facilitó mi madre, en donde se aprecia con meridiana claridad un reloj y sobre todo una camisa blanca en la que se observan sendos gemelos de nácar sobre la boca de las mangas. Este dato no tendría importancia sino fuera porqué ella está convencida de que esa era la camisa que llevaba su padre el fatídico día, inclusive logró conservar un par de botones también de nácar, similares a los de la prenda y que obran en mi poder. El hecho de que todo fue muy rápido, que las cuatro personas fueron detenidas en el hospital y no llegaron a la cárcel, hace suponer que sea posible contrastar esos vestigios… y lo más importante la declaración firmada por el conductor del camión, donde se refleja con exactitud la zona donde se produjo el fusilamiento y posterior entierro y que ahora está perfectamente señalada.
   Al sexto día llegó por fin el esperado comunicado, tenía que presentarme yo solo en el despacho de Martí hijo... Me recibió con la misma amabilidad que la vez anterior, vestido elegantemente y con el rostro impertérrito sin mostrar emoción alguna…tal es así que pensé que íbamos a tratar de una negociación estrictamente comercial.

    Buenos días Sr. Charrón… tiene que perdonarme por lo tardío de mi respuesta.
    No hay porqué… supongo que me recibe para dármela.
    Así es… y créame que ha costado lo suyo. Como ya les dije, la decisión no es mía sino de mi padre. Me reservo explicarle como ha sido el trámite…pero quedémonos en lo principal, él ha accedido por fin.
    Vaya… esa es una buena noticia.
    Claro está que con condiciones. No quiere ningún detalle que recuerde el lugar… y que dejen al final todo tal cual está ahora.
    Bueno si esas son las condiciones que pone su padre, dígale que no se preocupe, así lo haremos.
    Ah y otra cosa…que quiero hacer constar es de mi cosecha.
    Usted dirá…
    No deseo que esto se interprete como una propuesta publicitaria… Nuestra empresa está dispuesta a colaborar en la medida de lo posible.
    Pues… me deja usted digamos que sorprendido… ¿en que consistiría su colaboración?
    Podríamos realizar una cierta aportación económica…
    Si le digo la verdad de lo que estoy pensando, me asombra el cambio de actitud después de tanto tiempo… de todas formas, le agradezco su deseo de colaboración, pero no creo que lo necesitemos ya todo está preparado y pienso que podremos cubrir los presupuestos.
    Como usted quiera… Por cierto, ¿cuando empezarán los trabajos?
    A no tardar… todo está listo.
    Pues nada más… aquí tengo este certificado para que todo sea legal.
    Muchísimas gracias Sr. Martí… No dudo en que gran parte de este certificado se lo debemos a usted.
    Le aseguro que es así.
   Que de vueltas da la vida, tanto tiempo esperando este momento y de la forma más simple se resuelve el entuerto… claro que siempre hay que considerar el cambio de factores. Como siempre dice mi madre… lucha, lucha, nunca dejes de hacerlo si el objetivo es noble, no importa las trabas, si luchas lo conseguirás. Resumiendo, la voluntad de conseguir ese objetivo y la perseverancia, ha confluido con otros factores para que al final todo llegue a buen puerto, claro que todavía falta el atraque y allí vamos… Tan solo me queda una duda, ¿Querría Martí hijo sacar partido publicitario de este evento…o no?
   Antes que nada contactamos con el geólogo, necesitábamos de su trabajo para ahorrar esfuerzos. El nos comentó que lo primero era realizar unas catas sobre el terreno con el fin de inspeccionar las paredes y marcar el perfil estratigráfico del pozo para determinar los diferentes estratos… muy complicado al explicarlo pero sencillo de interpretarlo, el terreno nunca está estático máxime después de tantos años. A los dos días de la entrevista con Martí hijo ya estábamos dispuestos a empezar. Lo primero fue marcar una zona cercana al lugar donde suponíamos estaban los restos para realizar la cata, junto a unos matorrales en una depresión del terreno y cerca de un pino de bastantes años y en muy mal estado. Llegó la retroexcavadora…con cuidado, el operario realizó unas hendiduras en la tierra, retiró la misma y dejó al aire una zanja estrecha que no llegaba a un metro de profundidad y con las paredes bastante lisas. El geólogo inspeccionó el lugar, sacó muestras y marchó no sin antes decirnos que en un máximo de dos días tendríamos el informe… Si por mi fuera ya hubiera empezado a excavar, pero decidí tener paciencia y dejarme llevar por la experiencia de los miembros de la Recerca.
   Recibimos el esperado informe… tan solo para explicarnos el geólogo que conforme al tiempo transcurrido, calculáramos un sobreañadido de unos 20 centímetros, el terreno era firme pero regular y de fácil excavación. Suponía a la vez, que de permanecer todavía los restos ahí, tenían que estar enterrados a una cierta profundidad, quizás un metro, puesto que por las características del terreno, de haberlo hecho a menor profundidad, tal vez no encontráramos ya nada porque los animales hubieran escarbado… Este dato tengo que reconocerlo, sembró algunas dudas en mí, pero estoy seguro no obstante que ellos están ahí y bien enterrados, de lo contrario algo o alguien, en el transcurrir del tiempo hubiera alertado de una posible aparición de restos humanos por la zona… Por otra parte, según el informe del conductor del camión que en su momento realizó la denuncia, éste indicaba que los obrantes del hecho se encargaron de enterrarlos ese mismo día. Lo que nunca hemos sabido ni quizás se sabrá, es porqué ocurrió así y no dejaron como sucedió en otros casos los cuerpos abandonados
    Al día siguiente de recibir el informe del geólogo, temprano por la mañana nos pusimos a trabajar en firme. El día era plomizo, húmedo y muy nublado. Primero de todo, decidimos marcar dos zonas de cuatro metros cuadrados separadas por escasa distancia una de otra. Vino la retroexcavadora y le indicamos que extrajera los primeros sesenta centímetros de tierra. Labor que fue bastante rápida de realizar. A continuación, la docena de voluntarios que nos acompañaban se dedicaron con sumo cuidado a inspeccionar la tierra extraída por si se encontrara algún indicio que nos sirviera de orientación o alguna señal de que íbamos bien encaminados… Junto con Jaume, nos encargábamos de controlar los trabajos sin participar directamente en ellos. Apenas llevábamos media hora en la labor, cuando un muchacho nos alertó, había encontrado algo. Se dirigió raudo hacia nosotros enseñando con un atisbo de emoción lo que tenía en la mano. Embadurnado de tierra, era ni más ni menos que un casquillo de bala. Jaume se encargó de limpiarlo con un pequeño cepillo de gruesas cerdas.

    No hay duda Jean Philippe, es un casquillo antiguo de latón y posiblemente de un Mauser, creo que este es un buen indicio.  
    Entonces vamos bien…
    Vamos bien…

   Varias ideas llegaron a mi cabeza, por una parte la expectación de conseguir por fin lo que tanto nos había costado…Por otro lado, no dejaba de pensar en el destino de esa bala y la forma en que alcanzó su objetivo…Jaume más sereno se encargó que sacarme de mi abstracción.

    Vale… dejemos ya de hurgar en el montón de tierra, vayamos directamente a los hoyos, con cuidado profundicemos centímetro a centímetro.

   Los voluntarios se repartieron en los dos hoyos y por turnos se encargaron de extraer poco a poco las porciones de tierra… Pasaron las horas y alcanzamos sin darnos cuenta el mediodía, la hora de comer se acercaba y decidimos parar. Volveríamos a la tarde. La retroexcavadora quedó ahí cerca aparcada por si la necesitáramos de nuevo…  La tarde pasó también rápida, hasta que la luz solar empezó a escasear. Íbamos muy lentos y con sumo cuidado hurgando la tierra primero con pico y pala, pasando la tierra a una carretilla desde la cual otros miembros se encargaban de estudiarla. Cuando quizás ya habíamos profundizado veinte o treinta centímetros, decidimos dejar los trabajos hasta el día siguiente.
   Las nubes ya no estaban tan espesas y dejaban varios claros en el cielo, Se notaba la humedad de las primeras horas de la mañana, el cuerpo andaba todavía encogido. Los voluntarios iban llegando en pequeños grupos con aspecto jovial, daba gusto encontrarse dentro de esa clase de gente. Jaume les animó a seguir excavando hasta encontrar indicios, o por lo menos hasta alcanzar el metro de profundidad… Avanzada ya la mañana, empezaron las primeras sorpresas, pero no en la forma que desearíamos sino con la presencia de curiosos que se fueron acercando al lugar. Se quedaron al margen, comentando y algunos preguntando pero sin enturbiar las labores.
    Paramos para comer y llegó la tarde, ya habíamos alcanzado los noventa centímetros de profundidad. Serían un poco más de las dieciséis horas, cuando alguien dio un grito de alerta:

    ¡Aquí, aquí, vengan rápido!

   Era el hoyo número uno, el que estaba más cercano al talud del terreno formando una pequeña depresión. El muchacho nos enseñó lo que había encontrado, parecía una porción amplia de hueso muy oscura. Jaume sacó de su bolso un instrumento de arqueólogo, una pequeña rasqueta en forma de rombo y empezó a limpiar la zona con sumo cuidado… poco a poco fue apareciendo lo que parecía ser la parte parietal de un cráneo humano. Al rato, no había dudas, lo era… Ya no era cuestión de pensar en la mala suerte, sino todo lo contrario, la cuestión es que el vestigio había aparecido justo en un extremo y todo hacía pensar que habría que excavar desde ese punto y hacia fuera de ese hoyo… Primero de todo comprobamos que en todo lo excavado no hubiera más restos y a continuación nos centramos en la dirección que nos marcaba la posición del cráneo. Todos nos retiramos para dejar paso a la retro y que empezara a sacar las primeras capas, parando de tanto en tanto para comprobar que no se produjera cualquier anomalía. Cuando se llegó a la profundidad adecuada, los muchachos empezaron a limpiar la zona meticulosamente. No tardaron en aparecer restos humanos que parecían perfectamente alineados. Con rasqueta, cepillo y escobilla se empezó a limpiar toda la superficie con la intención de dejar a la vista los esqueletos… Pero estaba anocheciendo y preferimos dejar las labores para el día siguiente. No sin antes avisar al ayuntamiento para que una dotación de la policía municipal se encargara de vigilar el sitio durante la noche.
   Al amanecer nos encaminamos raudos al lugar, y desde allí mismo avisamos al servicio forense para que a no tardar se presentara e hiciera constancia del hallazgo. La policía seguía allí con nosotros tras hacer su relevo. Llegaron los voluntarios para continuar los trabajos y también los curiosos. La noticia no tardó en transcender y hubo que acordonar la zona para evitar aglomeraciones. 
   Los huesos oscuros, planos, conforme se iban cepillando, dejaban ver claramente su forma humana. Comprobamos inmediatamente orificios de bala en los cuatro cráneos, sin duda el tiro de gracia… Meticulosamente se limpiaba la tierra, casi midiéndola milímetro a milímetro, buscando cualquier tipo de vestigio por minúsculo que fuera y que nos diera alguna pista sobre la identidad de los que allí yacían… Avanzada la mañana, llegó una nueva sorpresa en la visita del Sr. Martí hijo, la verdad es que en absoluto la esperaba. Tras identificarse pudo traspasar el cordón policial y llegó hasta mi lado. Nos saludamos con la habitual cortesía.

    Celebro el hallazgo… ahora no existe ninguna duda en que estaban en lo cierto.
    Es así… pero falta conseguir la identificación de los restos.
    ¿Y como lo van a conseguir?
    Por vestigios que podamos encontrar, por datos antropomórficos que obran en nuestro poder. La evidencia de que esas son las cuatro personas que salieron del hospital hasta llegar aquí parecen claras, y sus familias nos pasaron infinidad de datos en su día.
    Me alegro que lo consigan…
    Y dígame… ¿Cómo es que está usted por aquí?
    No… no crea que es por curiosidad…
    ¿Entonces?
    Verá Sr. Charrón… he estado pensando noche y día sobre las palabras que usted me dijo.
    … ya no recuerdo lo que dije.
    Bueno… reconozco la barbaridad que se hizo en la figura de estas cuatro personas… me he documentado sobre lo sucedido. No es justo que su abuelo muriera solo por haber servido de sanitario en el frente, ni que los otros murieran por pertenecer a sindicatos y partidos relacionados con la república, sin haber cometido crimen alguno… no es justo que sus restos descansen aquí.
    Agradezco sus palabras Sr. Martí… por mi parte, tampoco veo justo que su abuelo muriera solo por el hecho de poseer tierras.
    Si… nada de esto es justo… y me alegro que al desenterrar estos cadáveres y darles un reposo digno, se acabe esta historia… esta mala historia.
    Ojala la historia se acabara aquí Sr. Martí… ojala. Pero me temo que todavía queda un largo camino por recorrer hasta dejar la historia en su real sitio.
    Creo entenderle Sr. Charrón… pero por lo menos nosotros hemos cumplido, no lo ve usted así.
    Bueno, es un paso, una pasito más… y es de agradecer su colaboración, ha facilitado mucho las cosas.
    Bien… les dejo. Tan solo decirle que siento un gran alivio, algo que ni remotamente pensaba que sucediera.
    Le entiendo…personalmente me ocurre algo muy parecido. Por cierto, su padre… no le he preguntado como vive todo esto.
    No oculta su rencor… para él es como si esas cuatro personas que yacen ahí hubieran matado a mi abuelo.
    Lo lamento…
    Es lo que hay…

   Nos dimos la mano en la despedida, la noté firme y sincera… y de golpe la imagen de hombre engominado y artificial desapareció de mi vista… Pensé:

 — que bueno sería que en el País de mi madre todos obraran así—...


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