martes, 28 de junio de 2016

Novela: "El foraster" Parte 21


Pedrafosca, a principios mes de Diciembre, 2015

   ...Tengo en mis manos la placa y la cartilla militar que aún conserva Paco en su poder perteneciente a sus días en la Guerra Civil, y que ha permanecido fielmente guardada en una pequeña caja metálica durante infinidad de tiempo. No veo nada extraño en ello tras la historia que ya me ha contado… él realiza un gesto ladeando suavemente la cabeza y me dice con voz entrecortada:

    No entiendes nada…
    ¿Qué es lo que tengo que entender Paco?
    No entiendes nada… nada…

     Se muestra lúcido y embargado por una extraña serenidad, habla muy pausadamente como si quisiera ahorrar todas las energías posibles para contarme algo que todavía yo no se. Guarda silencio, un silencio hondo reflejo de algún misterio por desvelar… me encuentro intrigado por el tono de sus últimas frases y decido preguntarle:

    Paco… no quiero cansarte, pero sí, estás en lo cierto, no entiendo. Se que algo me quieres decir pero no te sueltas…no entiendo porqué te consideras un miserable… lo que si alcanzo a entender es el porqué de tanta inquina con cierta clase de gente y porqué te lamentas de haber permanecido en este agujero, cuando siempre se es libre de salir por designio de la propia voluntad…
    Por eso precisamente soy un miserable Roberto… encerrado en mi mismo, atormentado por mi pasado, refugiado es este agujero por miedo a salir… y aguantando a esa clase de gente que me recuerdan, siempre me han recordado a los ganadores.
    ¿Por qué Paco te consideras un perdedor?
    Estoy marcado Roberto… esa maldita guerra me marcó para siempre… no he conseguido quitarme el estigma después de tantos años…
    ¿Por qué Paco, por qué?
    Yo era un adolescente… fusilaron a mi padre, luego murió mi madre y desapareció mi hermana luchando en alguno de esos frentes… jamás me he preocupado por ella… solo he escapado, escapado sin más… mis tíos también murieron, unos fusilados, otros en la lucha… mis primos…toda mi familia destruida… algunos huidos a Francia y desde allí quien sabe a donde fueron a parar, si a un campo de concentración…si murieron o sobrevivieron… y yo aquí, en este agujero…todo porque éramos fieles republicanos, solo por eso… y esos malditos rebeldes lo rompieron todo… como no iba a luchar yo… como iba a quedarme quieto… y un muchacho de quince años… tu crees que está preparado para ver tanta muerte…tanta destrucción… 

   Paco dejó de hablar por un momento…pero estaba claro que quería continuar… me pidió que le alcanzara el agua, respiró hondo y oí como le crujían los pulmones, alcanzó el sosiego necesario y siguió con la plática…

    … infiltrado en la posguerra… viví el acoso y derribo de los perdedores en el monte… la gente del Far no preguntaba y pagaron un precio alto por ello, la gente noble del pueblo ayudaba a sus vecinos y los indecentes chivaban a la Guardia Civil a la vez que se aprovechaban de la situación… yo debí haberme quedado con ellos en el monte, morir con ellos en vez de refugiarme en mi secreto… se que en aquellos tiempos nadie sospechó de mí, lo hice bien, muy bien… pero viví el proceso de cómo crecieron esas cuatro fortunas a cambio de la miseria y el fatal destino de los demás…luego sus descendientes siguieron… nadie tuvo la nobleza de devolver lo que no era suyo… nadie quiso dejar las cosas como estaban en un principio… y son esos los que se creen pueblo, los que formalizan su caciquismo y no se abren al exterior… para ellos todo está bien… son tan miserables como yo…

   Noté como Paco se sumía en algo que podría calificar como una extraña tristeza… es como si de repente se hubieran despertado todos sus fantasmas y no pudiera anularlos, destruirlos antes de acabar sus días en esta tierra… pero no acababa de entender todavía porqué se consideraba tan miserable…
    Lo que no entiendo Paco… es porqué tanta insistencia en que eres un miserable… creo, creo que nadie piensa eso de ti… cierto que me has contado cosas que nadie en este pueblo sabe, pero los que saben de ti te respetan… cierto que no te llevas bien con cierta clase de gente y ahora lo entiendo… cuando alguien sabe lo que otro sabe y no le gusta que se sepa…siempre existe ese recelo que se disimula con falsedad… eso lo se y lo sabe todo hijo de vecino… pero que de malo se puede saber de ti… que de malo Paco…
    Yo se de ellos… pero en ese sentido… nada ellos saben de mi.
    Bien… ¿que es lo que ellos y yo no sabemos de ti?... estoy dispuesto a escucharlo…

   Justo al pronunciar esas palabras Paco se vino abajo… empezó a toser y a jadear…Mercedes que estaba afuera percibió que algo no iba como debiera y entró rauda, me pidió que saliera con educación, haciéndome ver que ya estaba bien que lo dejara…Vi como Paco parecía asentir con la mirada, estaba cansado, muy cansado. Salí de la casa sin conseguir desvelar que era lo que tanto le inquietaba y rogué al cielo que esperara la parca un poco más, sobre todo por su  bien. Se que Paco necesita descargar algo de su nido de emociones antes de que se produzca tan certera visita.
   Ese mismo día aproveché para ir a visitar a Lucía al ayuntamiento… ella ya tenía todo preparado para formalizar el artículo en la página Web, pero como le pedí que no lo hiciera ya que a Paco no le había gustado el tono del escrito, el tema seguía aún en el candelero. Paco pretendía más realismo y claro, eso era un riesgo pues despertar las miserias de un Pueblo puede ser conflictivo, cuando lo que se está intentando es que las cosas cambien pese a las dificultades. Lucia quiso indagar algo más sobre la razón que había inspirado esa demora.

    ¿Por qué no puede salir ya el escrito?… ya te dije que a mí me parece muy correcto.
    Porque no concuerda con la voluntad de Paco… hemos de llegar antes a un concierto con él y filtrar algún contenido que le convenza… algo intermedio aunque eso moleste a algunas de las fuerzas vivas del pueblo.
    Hemos de ir con cuidado, no está el horno para bollos, ahora que parece que todo puede cambiar… poco a poco Roberto, poco a poco…
    Entiendo lo que me quieres transmitir, como entiendo a Paco… y no sabes como lo comprendo… estoy dispuesto a dejar todo esto y destruir el escrito si él no está conforme, sobre todo en el estado en que se encuentra…
    Sí… ya se por Gabriel que su estado de salud es muy delicado…
    Tan delicado que nos puede dejar de un momento a otro… jamás traicionaría la voluntad de un moribundo.
    Estoy contigo Roberto… pero entiende que según como se enfoque el relato, pueden despertarse aquí situaciones que no desearía.
    Tengo mis dudas Lucía, la verdad tiene que salir a flote algún día cueste lo que cueste…lo que sé, lo que más de uno sabe aquí en el pueblo no puede quedar siempre en el olvido, es bueno recordar y permitir que salga a la luz la memoria.
    Me preocupan tus palabras Roberto.
    Entiendo que te preocupen, y más te preocuparás cuando veas el escrito que pienso recomponer... aunque de momento vamos a esperar.
    De acuerdo… cuando lo tengas listo decidiremos.

    Lucía sentada frente al ordenador y yo a su lado, volvimos a contemplar sin leer la imagen de ese primer escrito… quedamos en actitud reflexiva, guardando silencio. Estaba dispuesto a levantarme y retirarme, cuando ella se pronunció.

    Sabes Roberto creo entenderte… toda mi familia que yo sepa son de derechas, en el sentido de que son tradicionalistas y reconozco que estando en su derecho votan a quien votan… quiero decir que no he visto jamás reflejado el estigma de una guerra que afectó a miles y miles de familias, nadie de nosotros fue perseguido en su momento… vamos, que es como si esa Guerra Civil nunca hubiera existido para los miembros de mi familia. Yo crecí en esa normalidad, sin enterarme de nada, cierto que podría ser tu hija por la edad, soy integrante de otra generación… entiendo que a medida que pasan las generaciones se diluye el pasado… pero ya ves, ahora soy quien soy, y una de las principales razones es porque desarrollé mis propias convicciones por mí misma y no por designio de los demás, vamos que he salido a la contra de mi familia en ideas… y no pasa nada, todos estamos en el derecho de pensar como queramos, siempre que respetemos lo que los otros piensan… pero ahora tengo en mente a Paco, ya ves que el no tiene familia, ¿pero si la tuviera?... tendría hijos de tu edad y estoy seguro que te hubiera transmitido su drama, las injusticias que se cometieron… y tu posiblemente lo hubieras transmitido a tus hijos… no, la historia, nuestra historia no está cerrada mientras no se restañen los efectos de esa guerra… no sirve de nada que pase el tiempo, el problema, la división está ahí… y no te extrañe que de no reaccionar, el País siempre estará segmentado… en fin, es una reflexión mía… solo mía.
    Tienes razón Lucía… toda la razón. También mi familia era tradicionalista, solo mi madre cuando aún estaba viva me contaba historias de la guerra, de que su padre estuvo encarcelado por los milicianos por no pensar como ellos, que fusilaron a un tío suyo cura… y lo cierto es que lo contaba con mucha animosidad hacia el lado republicano… pero la verdad es que de vivir tan impregnado de aspectos beatos y nacionalistas, como por ejemplo obligarme de chico a ir a misa, comprar bulas al cura para comer carne en semana santa o las canciones patrióticas en clase… y sobre todo comprobar por mi mismo que no todo era tan bonito… pues porqué no decirlo, también he salido a la contra de las ideas que recibí en mi educación.
    Somos rebeldes pues…
    Si… y a veces, posiciones como las nuestras nos obligan a bailar con lo más feo.
    Bailemos pues… pero sin confrontaciones, pensando en conciliar sobre todo.
    Esa es tu posición Lucía y la respeto… pero ellos y sabes a quien me refiero… ¿piensan como tú?
    Por supuesto que no… pero poco a poco Roberto, poco a poco… nada se consigue en una hora… todo puede cambiar...


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