viernes, 24 de junio de 2016

Novela: "El foraster" Parte 17

Pedrafosca, tercera semana del mes de Noviembre, 2015

  ...Han pasado un par de días y por lo visto no hay buenas noticias sobre el estado de Paco, tal es que están dudando sobre si llevarlo al hospital, pero por lo visto él se resiste y quiere continuar en su lecho… Creo que debo molestarle lo mínimo, la crónica puede esperar hasta que él me autorice a publicarla en los términos que quiera y para ello es mejor que se encuentre bien del todo…
   Al día  siguiente decido ir a visitarle, me recibe Mercedes quien estos días se está encargando de cuidarle con cariño y esmero. Paco todavía tiene fiebre y se encuentra algo apurado, dice que de tanto en tanto, cuando sale del sopor no para de refunfuñar, como si quisiera levantarse y seguir con sus rutinas, pero ella se lo impide con amabilidad. Me acerco a su lecho, compruebo que está despierto y le hablo como si quisiera quitarle hierro al asunto.

    Que tal Paco… ¿como andamos?
    Como un cangrejo cojo… que cosas me preguntas… ando jodido, por lo que se ve muy jodido.
    Me dicen que sería mejor que te cuidaran en el hospital,
    ¡Quia!... ¡quita, quita!... si he me morir, prefiero hacerlo aquí…
    No te pongas tan dramático Paco…  pronto estarás bien, ya lo veras…
    Quien sino uno mismo lo ve venir… yo no volveré a estar bien…
    Bueno… me gustaría que estuvieras equivocado.
    Y a mí… pero la parca anda cerca, muy cerca.
    Siento que lo veas así Paco…
    Tan cerca que a no tardar hemos de hablar tú y yo muy seriamente…
    Bueno… bueno, todo se andará, pero preferiría que ahora descansaras, pienso que es lo mejor.
    Si es lo mejor… pero no andes muy lejos, por favor.
    … puedes estar tranquilo, andaré cerca.
    Gracias Roberto…

   Salí de su casa bastante preocupado, no tenía para nada buen aspecto, la fiebre seguía, su respiración era dificultosa a la vez que no podía amagar una tos débil pero persistente… Apenas había andado unos pasos cuando me encontré con Gabriel, el médico, que justo se encaminaba a visitar a Paco.

    Hola “Doc”… aprovecho para preguntarte por él.
    No tiene buena pinta Roberto… son claros indicios de un principio de neumonía… y a su edad… es una situación delicada.
    ¿Cómo de delicada?
    Que quieres que yo te diga… debería estar en un hospital, pero el no quiere… ¿Qué hacemos?  no puedo obligarle.
    ¿Tan grave es?
    Tanto que se puede quedar en cualquier momento… si lo llevamos al hospital, quizás se pueda hacer algo, pero aun así…    
    Y si llamamos a una ambulancia y ya está…
    No se que hacer… la verdad es que su mente aún está lúcida, es muy cabezón… y no se si sería peor el remedio que la enfermedad…
    Resumiendo “Doc”… existe el riesgo de que no salga de esta.
    Sí… para que vamos a engañarnos.

   Difícil situación… me consta que Paco no ha pisado un hospital en toda su vida, que yo sepa. Ha gozado de buena salud y cuando ha tenido algún problemilla, el siempre se ha apañado. Inclusive todos sabemos que tiene un buen conocimiento de las hierbas medicinales que suele encontrar por el monte y hacía buen uso de ellas… A no ser que quede inconsciente, va a ser difícil sacarle de allí y si no lo hacemos… Toda esta circunstancia está haciendo que aparque el tema de la crónica que le tengo prometida a Lucía, eso ahora no tiene importancia… pero por otra parte intuyo que algo queda pendiente, si no fuera así él no me hubiera indicado que tenemos que hablar muy seriamente y que yo no ande muy lejos… En fin, no me gustaría que los días de Paco Vallejo llegaran a su fin sin que antes él quede tranquilo.
   Esa misma tarde, estando en mi casa, recibo la visita de Mercedes, trae un recado de Paco, quiere verme.  Raudo, me pongo los zapatos y salgo al exterior acompañando a la muchacha. Mientras recorremos los escasos cien metros que nos separan, ella me comenta:

    Parece que se encuentre mejor… pero puede ser un espejismo, el caso es que quiere verle, pero el doctor Gabriel me ha insistido que no le hagamos hablar demasiado y que no se canse… por lo que le ruego que lo tenga en consideración.
    No te preocupes Mercedes, lo tendré en cuenta… veamos que quiere de mí.

   Traspasamos el umbral de su casa y nos dirigimos al lecho… Paco está medio incorporado a base de almohadones en su espalda, por lo visto para facilitar su respiración, se le nota tranquilo. Nada más verme me comenta:

    Han dicho que no me enrolle demasiado… no es mucho lo que tengo que decir, ahora… Roberto, ve al primer cajón de esa cómoda, verás un sobre ancho y amarillo ya viejo por los años… acércamelo por favor.

    Me dirijo a la pequeña cómoda, no mucho más grande que una mesita de noche y que me había pasado inadvertida, allí en un rincón de la sala medio en penumbra. Abro el cajón y junto a otros papeles encuentro el sobre.

    ¿Es este Paco?
    Sí… tráelo por favor.

   Cojo una silla, la coloco junto a su lecho y se lo entrego, él lo toma con manos temblorosas, hace un amago de abrirlo pero decide que lo haga yo… Con cuidado, extraigo lo que parece ser la hoja de una revista bien conservada. Al principio no veo nada de interés puesto que lo que observo es el lado contrario. Paco me indica que gire la hoja y allí aparecen unas fotos que tienen toda la característica de pertenecer a la guerra civil… soldados en unas trincheras, o en grupos, sin duda es un reportaje que la revista en su día  realizó sobre ese tema. El insiste en que detenga la mirada sobre una de las fotos… es un grupo de cinco milicianos, dos de ellos muy jóvenes… Paco me saca de dudas inmediatamente.

    Esos dos somos Vicenç y yo… es la foto que ese fotógrafo americano nos hizo en Aitona… vete a saber como llegó a esa revista…quiero que la conserves y que la pongas en el relato que tienes que entregarle a Lucía… no me importa que cuentes que estuve batallando en esa guerra…
    Esto es muy, muy interesante …
    Ah… y otra cosa… 

   En ese momento Paco tuvo un acceso de tos que le complicó el habla de por sí ya muy debilitada… Mercedes se dio cuenta y acudió rauda para rogarme que no lo cansara más…El hizo un amago como para decirme, que sí que estaba cansado… pero algo me estaba indicando con la mirada que yo entendí…algo todavía estaba pendiente de resolverse...


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